lunes, 28 de septiembre de 2015

Planificando con tiempo

-       Hola, buen día
-       Buen día
-       Sí, queríamos saber cómo es el trámite para casarse
-       … Cuando sepan en qué fecha se quieren casar tienen que venir los dos quince días antes con DNI, fotocopia de DNI, fotocopia de acta o de partida de nacimiento para pedir turno… después se confirma el turno y se hacen los análisis prenupciales
-       Perfecto, entonces, ¿nos puede dar una fecha?
-       (Cara de sorpresa) … ¿ahora?
-      
-       … ¿para cuándo?
-       Para lo antes posible.
-       (Nueva cara de sorpresa) pero… ¿así? … miren que esto ya sería el turno definitivo.
-       Sí, sí
-       ¿14 de agosto está bien?
-       ¿antes no hay?
-       ¿11 de agosto?
-       ¿antes?
-       … eeee…. lo más temprano que puede ser es en 10 días, el 7 de agosto
-       Bueno, 7 de agosto entonces
-       … eeeee … bueno, pero entonces ya queda esta fecha… ¿están seguros?
-       Sí, sí.
-       … y entonces … la semana que viene ya tendrían que venir por la orden de los prenupciales… eee… y con este formulario, que bueno, ya vamos a estar con el código civil nuevo.

-       Perfecto. Volvemos el jueves que viene.

PD: Si no me hubiera tocado ser partícipe de la charla, quizás la creería un poco exagerada. Y si bien no recuerdo todo palabra-por-palabra es un aproximado bastante cercano

jueves, 24 de septiembre de 2015

Googleando el destino

No reporta ninguna novedad que diga que desde el google y wikipedia el acceso a la información se ha simplificado notablemente. Eso ni significa que la información sea fiable, de calidad, no redundante ni, mucho menos, que su aparente sobreabundancia facilite el acceso a la información buscada... Por eso me pareció que, mejor que copiar un link, era digerir un poco la información -superpuesta y en ocasiones contradictoria- y compartirla ya procesada.

Dresde (en español) o Dresden es la capital del estado federado de Sajonia. Como Alemania es un país federal cada estado es el equivalente aproximado de una provincia argentina. Además de ser la capital estatal, fue su capital cuando Sajonia era un reino. Y también cuando era un ducado. Así que abundan los edificios construidos por sucesivos, superpuestos y confusos príncipes, duques, reyes y vaya a saber uno qué otro tipo de noble que boyaba por allí.

Al parecer desde el Neolítico ya había asentamientos en la zona. Sin embargo la ciudad aparece mencionada por primera vez en el año 1206. Quizás en términos europeos no sea tantísimo tiempo. Para mí ya es de una antigüedad más que respetable.
Recién a partir de 1547 se convirtió en la capital estable de Sajonia (había cierta tradición de que las cortes fueran semi itinerantes). Antes de ser reino, Sajonia había sido un principado y antes, un ducado. A partir de ese momento dresden se transformó en un centro político y cultural importante. En 1685 la ciudad sufrió un incendio casi total y durante el siglo siguiente la zona fue conquistada, liberada y vuelta a conquistar, viendo pasar de un lado para el otro a los ejércitos de Austria y Prusia. Como, a la larga, el reino de Sajonia parecía estar destinado a ser el botín de guerra en las disputas entre Prusia y Austria, en las guerras napoleónicas –luego de un primer período de enfrentamiento- decidieron apostar por los franceses. Habrán pensado que si –finalmente- Napoleón se imponía, ellos tendrían algo más de margen de acción. Con París más lejos que Berlín (la capital alemana está a sólo 200km) o Viena y los ejércitos franceses victoriosos, la jugada no parecía del todo desacertada. Pero bueno, por desgracia para la familia real sajona las cosas no salieron como lo esperaban y la región terminó bajo control prusiano.

Conservando el patrimonio cultural y el renombre de su época como capital real, la ciudad se ganó la fama de ser la “perla del Elba” y la “Florencia alemana”. Fue (y es) un centro cultural, universitario e industrial bastante importante. En su cercanía se encuentra Meissen, localidad conocida por su producción de porcelana (por si no lo sabían, les tiro el dato, la porcelana de Meissen es mundialmente famosa por su calidad y tradición, así que si alguien habla del tema, mejor asentir y poner cara de “claro, ajá, la porcelana de Meissen, sí, sí…”).

También cuenta la leyenda que en 1785 Schiller escribió en la ciudad la “Oda a la Alegría”, que parece ser – según me comenta la Wikipedia – el Himno de la Unión Europea (Sí, parece que la Unión tiene himno y todo).

Durante la primera guerra mundial la ciudad no sufrió mayores ataques ni se vio involucrada en las operaciones. De la segunda guerra no se puede decir lo mismo… A principios de 1945, tres meses antes de la rendición de la Alemania nazi Dresden fue intensamente bombardeada. Al parecer todavía se debate intensamente sobre el tema. Por un lado hay fuentes que señalan que era porque se trataba de un cruce de vías férreas importante. Otras fuentes señalan que los soviéticos le pidieron a estadounidenses y británicos que bombardeasen la ciudad porque era el centro industrial alemán que proveía la zona oriental. También están quienes señalan que el objetivo del bombardeo era facilitar el avance de las tropas estadounidenses y lograr llegar al Berlín más rápido que los soviéticos y, finalmente, quienes indican que simplemente se trató de una represalia por los ataques aéreos con los que la Luftwaffe había atormentado durante la “batalla por Inglaterra” al Reino Unido.
Debates historiográficos aparte, la ciudad quedó en gran medida destruida. Afortunadamente buena parte de los edificios del casco histórico de la ciudad fueron reconstruidos respetando el estilo original, algo que no era del todo común en las zonas que quedaron bajo el control soviético.

A partir de 1989 y de la reunificación varios procesos diferentes tuvieron lugar en la ciudad. Por un lado comenzó un relativo despoblamiento ya que una parte de los habitantes de la ciudad migraron hacia lo que había sido la zona occidental. En términos relativos la ciudad comenzó a desindustrializarse -Dresden era luego de Berlín el área industrial más importante de la República Democrática Alemana- rol que no pudo sostener tras la reunificación. Por otro lado se retomó la reconstrucción de ciertos edificios históricos de la ciudad. Finalmente se instalaron en la ciudad laboratorios, oficinas y la ciudad volvió a ser un polo de atracción de población, por lo que aumentó una vez más su cantidad de habitantes, llegando en la actualidad a los 550.000 habitantes.
Como dato curioso, el valle del Elba en Dresde fue Patimonio de la Humanidad de la Unesco entre 2004 y 2009, año en que dejó de serlo porque parece que construyeron un puente a dos km del casco histórico que habría cambiado un poco la fisonomía del lugar, en fin…

martes, 22 de septiembre de 2015

Previously, on…

¿Cómo se hace? ¿cómo se hace para resucitar un blog que ya lleva5 años en el limbo? Veo el historial el blog y leo la última entrada: “”. ¿Cómo se supone que se hace? Lo pienso un poco y limito las opciones: a) me pongo a escribir todo lo que pasó en mi vida en estos 5 años; b) me hago el boludo -algo que se me da bastante bien- y como si nada hubiera pasado empiezo a cargar entradas una vez más; c) doy el blog por fenecido y arranco uno nuevo; y, finalmente, d) hago un resumen medio berretón que me permita -sin invertir interminables noches en la redacción- salvar el salto en el tiempo. Aunque no lo crean primero descarté la C. No puedo seguir dejando un reguero de blogs por allí. Listo, esa era la decisión más fácil. La siguiente en la lista en seguir la misma suerte fue la A. No da ponerse a escribir una entrada por mes que simplifique lo ocurrido. Pienso hacia atrás y veo como desfilan mudanzas, la Pitufi, la construcción, la ampliación, los trámites, cambios de trabajo, la venta de La Montaña, Diego, la Universidad, el Kurt Gödel, la radio, Academia, el Kürt otra vez, visitas, los casamientos, más visitas, las clases de español, la familia, los amigos, más Diego, más ampliación, nuev@s amig@s, viej@s amig@s. No, no se puede. O yo no puedo, que no es exactamente lo mismo.

Por ahora deberá bastar con reseña que en octubre – como si quedara tanto- mi media mandarina y yo estaremos viviendo en Dresden, Alemania, posiblemente por un año extensible a dos. Después de algunas idas y vueltas y opciones de varios lados en junio y principios de julio Diego estuvo en Caen –en Normandía, Francia- y luego en el Instituto Max Planck de Dresden. De ambos lugares regresó con posibles posdoctorados (como él ya iría por su segundo posdoc yo insinué que quizás este pudiera ser honoríficamente para mí pero parece que la idea no terminar de convencer). Con mucho esfuerzo y análisis de ambas experiencias, Wikipedia, google y almohada terminamos decantándonos por la Florencia del Elba (un poco pomposo, es cierto, pero ninguno de los dos es responsable por haber inventado el apodo). Esto se confirmó durante los últimos días de julio. Y cuando digo últimos, son ultimísimos. Desde entonces nuestra vida ha entrado en un tobogán que, esperemos, termine el 3 de octubre despertándonos en nuestro (provisorio) departamento de Dresden mientras fuera los pajarillos trinan y las ardillas juegan con sus bellotas. 

Para poder llegar a tal estado idílico hemos tenido que casarnos e involucrarnos en un torbellino de cosas para hacer, documentos por traducir, certificados por apostillar, formularios por rellenar... todo esto sin mencionar entrevistas, viajes, ideas, vueltas, traducciones, más traducciones, embalado de cosas, tirado de cosas, guardado de cosas, repartido de cosas, un poco más de tirado de cosas (no me pregunten por qué pero yo siempre sentí que NECESITABA 5 pantalones para pintar y trabajar en el jardín y tres pares de zapas viejas para hacer lo mismo), más guardado y… de algún modo, llegamos. Ya sé, ya sé. Mucho@s me lo dijeron, es verdad. Pero debo reconocer que más de una vez creí que no llegábamos…
Wilkommen in Dresden. Sí, ya sé que usar el google no requiere ningún esfuerzo y que poner fotos de internet no es ningún mérito. Pero no por eso dejan de quedar lindas en el post.