jueves, 3 de noviembre de 2016

Haarlem

Puede que Haarlem suene a distrito conflictivo de Nueva York pero antes de eso es una ciudad en el norte de Holanda. De hecho, si hay un barrio de Nueva York que lleva su nombre es porque esa región fue colonizada cuando Nueva York era Nieu Ámsterdam y Haarlem era otro pueblo colonial entre tantos que los holandeses habían establecido en América del norte.
Este Haarlem se encuentra a quince minutos de Ámsterdam y ostenta el rango de ciudad desde el año 1245. Veinticinco años más tarde se construyeron las primeras murallas y en el año 1304 debieron construirse nuevas paredes y un canal para proteger las viviendas que se habían sumado a la población.
Puede que el dato sorprenda, pero para esa época, la población de Haarlem era mayor que la de Rotterdam o Ámsterdam, aunque esto estaba a punto de cambiar.

Entre los años 1347 y 1351 hubo una serie de incendios que destruyó buena parte de las construcciones de la ciudad, la gran mayoría de madera, por lo que, aquí también comenzó a utilizarse el ladrillo.

La iglesia de San Bavón fue uno de los pocos edificios que sobrevivió al fuego aunque resultó tan dañada que su reconstrucción tardó cerca de ciento cincuenta años.
Una de las principales características internas del edificio es su bóveda gótica de madera a la vista. Un poco más peligroso a la hora de incendiarse, es cierto, pero -al mismo tiempo- bastante original y diferente respecto de otras que hemos visitado.



Uno de los edificios que sucumbió en el incendio era el castillo del conde, que decidió trasladarse a La Haya. Con casa nueva, el conde donó a la ciudad su antiguo terreno, sobre el que fue edificada en el siglo XIV la municipalidad.
Para rematar su mala suerte, Haarlem perdió la mitad de su población en una epidemia a finales del siglo XIV y en el siglo siguiente tuvo que enfrentar dos sitios y un nuevo incendio.
El canal del puerto y su molino, postal típica de Haarlem
No fue hasta después de sacarse a los españoles de encima que la ciudad volvió a florecer. Nuevamente hubo que ampliar las murallas y trazar nuevos canales, tanto para la defensa de la ciudad como para vincularla comercialmente a Ámsterdam. De esta época son el Amsterdamse Poort (la puerta de Ámsterdam, abajo a la izquierda), entre otros edificios.
A pesar de su historia, hoy Haarlem funciona más bien como un suburbio-satélite de Amsterdam, aunque preserva bastante de su vida cultural y comercial.
También conserva cierto espíritu ... pueblerino, por decirlo de algún modo. Es más verde, tiene callecitas no atestadas por el pulular de turístas y ciclistas tranquilas super interesantes. Y tiene onda. Ámsterdam también la tiene, pero es distinto. Hay ciertas cosas que sólo se pueden hacer en ciudades más pequeñas. O no, en Ámsterdam también los vecinos le ponen onda a sus veredas, y quizás hasta se puedan dejar las bicis sin candado en la calle. Pero por alguna razón, el resultado no es el mismo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Me encantó!

Nicolás dijo...

Es que es realmente lindo... y muy relajante el contraste con la marea de turistas que recorre Ámsterdam las 24 horas del día (¡y las de la noche también!)