jueves, 14 de junio de 2018

Por el cantón de Aargau: Baden

Bad y Baden son palabras que aparecen en alemán asociadas tanto al baño como a bañarse y, por tanto, a las aguas termales. Como resultado, en el mundo germano-parlante hay decenas de lugares que se llaman Baden, Baden-Baden, Fulaitensenbad o Bad esto o aquello.
Así que no es sorpresivo que también en Suiza haya una ciudad llamada Baden, famosa, entre otras cosas, por sus baños termales.
Claro que esta Baden fue un centro termal desde la época romana. No sin pausas, ya que el asentamiento romano fue sucesivamente amenazado por los humos y los germanos, estos últimos, bastantes veces. En principio parece una contradicción, ya que si por algo eran famosas estas tribus no era precisamente por su pasión por las aguas termales ni a los baños. Mucho menos por sus hábitos higiénicos.
De todos modos Baden no se llamo Baden hasta el siglo X, algunos siglos antes de caer en las manos de los Habsburgo, cuando la dinastía omnipresente aún no había desembarcado en Viena y sus principales territorios se encontraban en la actual Suiza.
Doscientos años más tarde, en 1415, las fuerzas de la confederación helvética (el núcleo de lo que sería Suiza centurias después) se encargaron de deshacerse de los Habsburgo y por las dudas le prendieron fuego a su castillo de Baden.
De hecho, por haber sido una de las victorias de la confederación sobre los Habsburgo, Baden recibió en numerosas ocasiones a los representantes de los cantones, siendo lugar de dietas y congresos de los representantes suizos por cerca de trescientos años. 

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