domingo, 26 de junio de 2016

Viena. Capítulo 2

Se ve que luego de la victoria sobre los musulmanes los Habsburgo sintieron nuevamente el llamado de la fe y decidieron construir ¡sorpresa! otra iglesia. Se trata de la iglesia de San Carlos Borromeo, uno de los es uno de los principales monumentos arquitectónicos barrocos que tiene la ciudad tiene. 

 

Dando algunos saltos históricos dignos de programa de historia de la escuela primaria llegamos a uno de los eventos que marcó uno de los puntos culminantes del poder austríaco: el congreso de Viena. Si habremos atormentado en la cátedra de historia contemporánea a nuestros estudiantes con el Congreso de Viena...


Para hacer simple algo que no lo es, cuando Napoleón es finalmente derrotado las potencias vencedoras se reúnen en Viena con el objetivo de ver qué cazzo creativa solución pueden encontrar para reorganizar la Europa post napoleónica. Digamos que, lamentablemente, no dieron con una propuesta muy creativa que digamos. Premiar a los enemigos de Napoleón con territorios que le sacaron a Francia y a sus aliados, volver atrás en aquello en que se podía y resignarse a aceptar algunas novedades de la revolución francesa cuando no fue posible evitarlo… Y siempre que pudieran, mirar para otro lado a la hora de pensar en las ensaladas étnico-nacionales de los mejunjes que estaban creando.

Por treinta años el sistema funcionó (justo es decirlo, cada ver peor) hasta que, finalmente colapsó. Pero mientras duró, la Viena de Metternicht (el canciller austríaco) fue el corazón de los principales tejes y manejes de la diplomacia europea.

Además, para Viena esta época marcó el inició de su explosión demográfica. En el lapso de algunos años la ciudad se convirtió en una de las principales capitales europeas de la época. 

Siguiendo los estándares de la época, toda gran capital debía contar con una serie de edificios monumentales. Presos de las convenciones sociales de su época los Habsburgo se ciñeron a lo que se esperaba de ellos y comenzaron una nueva etapa de construcción en la ciudad. Como corresponde para estos casos, comenzaron ampliando por vez enésima su palacio.
Pero no sólo eso. 
Para 1857 los turcos ya estaban tan lejos que los vieneses no dudaron en derribar las murallas. De esta época data la Ringstrasse. Literalmente significa calle del anillo, léase, el anillo en el que estaba la muralla. Aprovechando las amplias extensiones de tierra que se incorporaron a la ciudad (la muralla incluía normalmente un foso y una empalizada) construyeron una serie de edificios como Ópera, la municipalidad, la Universidad y los museos de Historia del Arte e Historia Natural, además de muchos otros edificios.

Buena parte de estas obras se llevaron a cabo en lo que se denominó historicismo vienés, un movimiento que se caracterizó por la construcción de edificios con estilos arquitectónicos de épocas anteriores: clásico, gótico o lo que fuere.

Los Museos de Arte e Historia Natural son dos edificios idénticos enfrentados. En la plaza entre ambos se encuentra el monumento a la Emperatriz María Theresa. María Theresa fue una de las pocas representantes femeninas de la dinastía Habsburgo que ejerció efectivamente el poder. Además de haber sido madre de una docena de Marías a las que casó con habilidad aunque no siempre afortunadamente. Entre ellas, María Antonieta. 

Dice la audioguía que al edificarse ambos museos el emperador encargó a los arquitectos no escatimar en los materiales. Luego de haber visitado los edificios podría decirse que siguieron sus indicaciones al pie de la letra.

Del otro lado de la Ringstrasse se encuentra el parlamento austriaco, otra obra del período. En este caso el proyecto ganador tenía bastante inspiración griega. No así el emperador, que decidió que todas las leyes, luego de ser aprobadas por el parlamento requerían su aprobación para ser sancionadas.

Siguiendo por la Ringstrasse pero visible desde lejos se encuentra la Municipalidad de Viena. A no dejarse engañar, es de la misma época que el resto de los edificios que la rodean.

Muy cerquita de allí se construyó el "nuevo" edificio de la Universidad de Viena, que es una de las más antiguas de Europa central. Cuenta la leyenda que el emperador Francisco José (que reinó de 1848 hasta 1916) cansado de las revueltas de estudiantes (que solían ser liberales, nacionalistas y ¡horror! republicanos) había pensado esparcir las facultades a lo largo de toda la ciudad. El plan era dispersarlos para evitar que siguieran perturbando la paz imperial. Pero, a último momento lo convencieron de lo contrario.

Hablando de Francisco José, el otro edificio famoso de la zona también está bastante vinculado a él. También, cómo podría no estarlo, ¡si fue emperador por más de sesenta años! Se trata de ... ¿adivinan? otra iglesia, esta vez destinada a agradecer a vaya a saber uno quién el haberse salvado de un atentado gracias al cuello alto de su vestimenta. ¿Qué relación hay entre salvarse de un atentado por el cuello de la ropa y construir una iglesia? Bueno, la verdad es que no sé. Pero eso dice nuestra guía de Viena. 
Como nota al pie, la construcción coincidió con el segundo aniversario de la boda entre Francisco José e Isabel Amalia Eugenia de Baviera, más conocida como Sissi. La iglesia fue terminada justo a tiempo para celebrar las bodas de plata de la pareja imperial. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una ciudad imponente. Quedo gratificada de haberla visto en estas fotos tan lindas.