sábado, 28 de abril de 2018

Dos semanitas en Italia: Amalfi

Se supone que Amalfi fue fundada por los romanos allá por el año 339 de nuestra época. Bueno, no diría que es exactamente ”nuestra” época precisamente. Por ser un período especialmente caótico de la historia romana con invasiones al por mayor y fronteras que parecían coladores no hay mucho más registo del pueblo por cerca de doscientos años.
No sabemos mucho más de Amalfi hasta el siglo IX, cuando fue ocupada por los lombardos. Al parecer los germanos no fueron muy bien recibidos por la población local, que poco tiempo después logró expulsarlos y crear su propia república marítima. Estamos hablando de los siglo IX, X y XI, una época en la que Génova y Venecia estaban aún en pañales. Por aquella época las potencias comerciles del Mediterráneo eran Pisa, Amalfi, Ancona, Ragusa y Gaeta. Génova y Venecia tendrían aún que tomar bastante leche para pisar fuerte en el mapa del comercio marítimo. Parece que cuando les llegó la hora, ambas hicieron bien su tarea, ya que se encargaron de borrar en el imaginario colectivo al resto de sus predecesoras.
Antes de que la República Marítima de Amalfi fuera borrada del mapa comercial del Mediterráneo, sus mercaderes se ocuparon del intercambio de trigo, madera y sal y vincularon Italia, Siria, Egipto y el imperio Bizantino, donde compraban seda que luego revendían en Italia con notables ganancias.
Se ve que este lucrativo comercio atrajo la atención no sólo de los comerciantes sino también de los vecinos que intentaron conquistarla a lo largo de los siglos IX y X hasta que finalmente los reyes de Sicilia la tomaron en el 1137. Podría decirse que fue el comienzo del fin. En el lapso de los siguientes doscientos años los reyes de Sicilia recortaron las libertades de los comerciantes amalfitanos, los pisanos la ocupaon y saquearon y para rematar la racha, un tsunami destruyó el puerto en el año 1343. Con semejante racha de mala suerte se acabó la época de gloria de la ciudad y comenzó la larga siesta de la que la ciudad emergió en el siglo XX convertida en un emporio turístico.
Pero... mientras duró lo que se daba, Amalfi se enriqueció notablemente con el comercio. Además, por su posición geográfica y estratégica, la ciudad fue una especie de bisagra entre el mundo bizantino del mediterráneo oriental, el mundo árabe, la Europa germánica, el Papado y las ciudades-estado de Italia, normalmente en situación de guerra de todos-contra-todos.
Buena parte de los edificios más representativos del pueblo son un buen ejemplo de cómo todas estas culturas y tradiciones ejercieron su influencia sobre Amalfi. 
La catedral tiene un exterior bizantino y un interior varias (y sucesivas) veces remodelado. Hoy combina algún que otro elemento gótico que fue quedando con un espíritu bastante borroco. 
El vecino chiostro dil paradiso, (el claustro del paraíso) tiene, claramente un estilo ligermente más árabe, aunque cuenta también con algún que otro detalle clásico.

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