lunes, 30 de abril de 2018

Dos semanitas en Italia: Costa amalfitana con escala en Capri

Nadie se va a sorprender a esta altura si digo que Europa está llena de costas. Y no me refiero únicamente a la costa "sólo" como accidente geográfico. Estoy hablando de las costas como elemento turístico-cultural. Turístico, por obvias razones, en general esos espacios conocidos como la costa tal o cual se venden en paquetes de viajes y excursiones. Cultural, porque -muy a pesar de los deseos de las empresas turísticas- la posibilidad de "crear" una costa no es tan fácil como simplemente bautizar un par de decenas de kilómetros de playas. No digo que no sea pueda, pero cuando hay una historia común, una tradición compartida, ciertas características culinarias y demases, es más fácil.
Así existen la costa azul, la costa brava, la costa amalfitana, la ligur, la del sol, la blanca, la costa ésto o aquéllo. Hay (casi) para todos los gustos. Más populares, más exclusivas, con fiestas de música electrónica, combinadas con algún producto gatronómico, accesibles sólo en auto, visitables en tren... creo que ya se entiende el punto.
En este esquema la amalfitana es, en pleno derecho, una verdadera costa en sí misma. Un destino turístico con todas las letras. Y es que los alrededores de Amalfi incluyen buena cantidad de playas, pueblos y acantilados como para quedarse mucho más tiempo del que disponemos para recorrer todos y cada uno de sus rincones. Desde lugares más fácilmente accesibles como Amalfi y Positano hasta islas, playas y bahías que sólo son accesibles si vas en barco.
Lamentablemente cuando se viaja -cual si fuera televisión- el tiempo suele ser (se sabe) tirano. No tenemos tiempo para recorrer la costa amalfitana pero no queremos volvernos sin una panorámica. Qué mejor para eso que ir en barco desde Amalfi hasta Capri, visitar la isla y tomarnos el ferry a Nápoles. Siendo que será uno de nuestros últimos días en Italia, como despedida suena más que apropiada.
Nota al pie. De Amalfi a Capri hay distintos barcos que hacen el recorrido. Nosotros fuimos en uno de los más baratitos y el viaje bien vale la pena. Es cerca de una hora donde, al menos fotográficamente, le exprimís cada euro pagado por el pasaje (que, por otra parte tampoco es caro). Lo que sí, la página para comprar tickets por internet funciona "a la italiana", es decir, no vas a lograr comprar jamás los boletos hasta no llegar a Amalfi, así que fue una de las primeras cosas que hicimos.
Al llegar a Capri nos encargamos de agenciarnos la vuelta a Nápoles. Hay varias opciones. La más económica (y rápida) es el ferry express (que igual dura su buen rato). La contra del ferry es que vamos todos dentro del barco, así que de ese tramo no hay fotos... Lo cierto es que podríamos haber sacado alguna que otra por las ventillas pero me da la sensación de que después del festín visual que fue el viaje a Amalfi, luego la ciudad en sí misma, su costa y el viaje a Capri poco podría agregarse... O bueno, también cabe que tan sólo estuviéramos un poco cansados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

1º de Mayo: ¡Feliz Día, TRABAJADORES!