En
general hay gente que tiene el don de viajar sin proponerse
planificar mucho. Lamentablemente nosotros no entramos en ese grupo.
Iba a decir que yo no entro en ese grupo pero,
en honor a la verdad, creo que se trata de un bien conyugal.
Claro
que habiendo escrito semejante juicio ahora pareceremos dos maniáticos de
calibre importante. Me gustaría pensar que no es el caso. Quizás suene
a excusa pero... en ciudades inabarcables donde -para colmo- tenés
pocos días, bueno, creo que bien vale el esfuerzo de planificar. No
a rajatabla. Tampoco planes que deben ser realizados de forma
inapelable. Pero sí, al menos, algunos lineamientos. Un mapa con los
lugares a los que queremos ir, una idea de los lugares que nos
gustaría visitar, museos a los que entrar, cosas que queremos ver sí
o sí, otras optativas...
En
general también nos hacemos un mapa donde volcamos (todos) esos
lugares. Tratamos de ver cuáles son las distancias, cuáles ameritan
tomarse transporte, cuáles se caminan, cómo funciona el transporte,
horarios posibles, costos... A lo largo de semejante proceso, quieras
o no, te vas interiorizando con el lugar qué vas a visitar. Aprendés
sobre su historia, la gastronomía, revisás blogs para comprobar que
no se te escapa nada o para sacar más ideas. En nuestro caso también
tratamos de escribirnos un pequeño resumen histórico. Qué pasó
allí. Dónde, cómo, cuándo. Obviamente, otro entre los muchísimos
recortes (por demás subjetivos) que se hacen en estas
circunstancias.
Hacer
todo este laburo lleva su tiempo. Más si planificas dos semanas en
Italia donde hasta el menor cascote que ves tiene su historia detrás.
¿A dónde voy? A la excusa. No tuvimos
tuve tiempo para todo y Roma y el Vaticano quedaron medio a la
deriva. Roma se quedó en la leyenda y el Vaticano, bueno, ni
siquiera eso.
Hay
que reconocerlo, años (de estudiar y dar clases) de Historia
Contemporánea en Sociales ayudan a pilotear ciertos huecos pero, con
todo, el Vaticano ha quedado (y quedará) huérfano de historia, al
igual que buena parte de la Roma contemporánea. Así que ya sin más, los/as dejo visitando la basílica de San Pedro.
6 comentarios:
Por más que te prepares siempre Roma te va a superar. Está muy bien averiguar lo más posible antes de ir a cualquier lugar, aunque -a veces- (y no es para nada el caso de Roma)en la realidad te encontrás con "sitios de interés" que son un verdadero chasco.
Totalmente de acuerdo. En ambos puntos. Roma es, en sí misma, inabarcable. Hay de todo para hacer y sí, también lo otro es cierto. Particularmente recuerdo un caso con el que nos pasó (especialmente a Diego, que quedó -directamente- indignado)... el manneken pis, la fuente de Bruselas del "bebé/angelote" que hace pis. (Por alguna razón es especialmente popular para saca corchos). Mide veinte centímetros de altura y son más grandes la réplicas que inundan la ciudad que la escultura en sí misma. No es que sea olvidable por lo pequeña, o no al menos únicamente. Simplemente es una de esas cosas que todo el mundo te recomienda ver y que luego te dejan con un sabor de "ah... ¿era ésto?"
Excelente ejemplo: y parece que -visto el interés que provoca- han puesto en otro punto de la ciudad una nena que también hace pis... Después de ver qué era el manneken naturalmente NO fuimos hasta allí.
Jajaja... Sí, lo mismo aplicó en nuestro caso. Directamente decidimos pasar de largo. Directamente preferimos divertirnos más buscando los murales de la ruta del cómic que amontonarnos a la muchedumbre para tratar de sacar una foto de los susodichos incontinentes
Estoy en total acuerdo. El Manneken Pis fue un fiasco total, uno de los más grandes que recuerdo. Lo increíble es ver hordas de turistas que se vuelven locas por sacar fotos y que además compran cualquier cosa, llaveros, imanes, etc., con esa imagen. Lo que puede hacer el marketing...
Muy buenos tus consejos, en el 2015 fuí y la pase terrible con el frío, este año tome la delantera y casi me llevo todo el departamento de invierno en sams club ya que estaban en descuento por estos lados del mundo
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