martes, 20 de mayo de 2008

El eternauta

De más está decir que me desperté durante la noche y fui a ver si había alguna novedad en el baño. No encontré ninguna, a excepción de la total falta de agua, incluso en la mochila del inodoro.

Con semejante panorama volví a la cama e intenté dormirme, empresa que siempre suele tener éxito cuando faltan sólo 20 minutos para que suene el despertador. Esta tampoco fue la excepción. En la cocina me esperaba el comité de medidas de seguridad del eternauta. Bufanda, anteojos, gorro de la lana + capucha + venda debajo de la bufanda. No opuse mucha resistencia, se ve que en algún punto me parecía también más o menos lógico tomar alguna precaución. No sé si todas juntas, o todas superpuestas, al estilo “cebolla”, típico en la moda local y, por supuesto, también de las refugieras…

De cualquier modo me dispuse a salir armado con mi equipo y blandiendo la cámara de fotos por si venía alguno de los gigantescos insectos del Eternauta. Pero no, no aparecieron, como tampoco aparecieron los habituales autos. Si había tránsito, obviamente, pero como un sábado; menos autos, algunos colectivos, todos despacio…

Y mientras me acercaba a la escuela veía por debajo de los lentes empañados que algunos negocios habían baldeado sus veredas. Me llamo la atención, pero bien podría ser que no se hubieran dado cuenta de que se había cortado el agua ya que que - posiblemente - tendrían sus tanques llenos.

Mientras me acercaba a la escuela recordé que, un día antes de que cayeran las cenizas, uno de los estudiantes había llegado a la escuela luciendo un barbijo. Con discreción, y tratando de no hacerlo en su cara, nos habíamos ido recluyendo en la sala de profesores para reírnos a costa suya. Imagino que mi atuendo debe haber generado reacciones similares. (Aclaración: cuando termine de perder el mínimo de decoro que preservo habré de cargar la foto para que ustedes también puedan reírse libremente). En efecto, una de las profesoras me pidió disculpas cuando me saludó. Por mi parte no entendí y me explicó que mientras venía, sin reconocerme, le sugirió a su marido: "los gringos son unos exagerados, sino miralo a ése". "Ése", claro está, debería ser yo, o aquel sujeto que con altas dosis de psicosis se había vestido con cuanta prenda tenía a mano...


Aproveché y me reí. Y aprovechando la risa, volví a citar alguna frase apocalíptica, más o menos cómo la recordaba pero no exactamente como era. Nos reímos todos/as en la sala de profesores/as. "¡Que exagerado!" respondió alguien a modo de broma. "Hay cenizas, no se sabe que va a pasar, no hay agua. Es lo más parecido al apocalipsis que nos pasó desde los cortes de luz en el invierno", repuse. Se hizo una breve pausa, todas se miraron entre sí. Después alguien me explicó y yo mismo llamé a la compañía de agua... Sólo unas pocas cuadras no tenían agua a causa de un caño roto a dos cuadras de casa. No había ninguna relación entre la falta de agua y la ceniza. El corte de agua se había producido antes y, coincidencia, él tanque se quedó sin agua justo después de haber notado la caída de las cenizas.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanto hace que no te bañas?

Anónimo dijo...

Pablo, se bañó en cuanto pudo!

Nicolás dijo...

gracias por dfender mi status de limpieza...

Anónimo dijo...

Pablo??? ahi dice anonimo!!!

Anónimo dijo...

Je je je ... me reí mucho con esta historia... Igual K, eso de que fuiste a buscar tu Biblia... je je ej... no te lo cree nadie!

Beso

Anónimo dijo...

Ka, supongo que la ropa que te pusiste esos días de falta de agua, no habrá ido a parar a los consabidos depósitos plásticos, no?
Sugeriría, a tono con tus fase precautoria, su incineración!!!
Cariños,
juancito.

Anónimo dijo...

KARUCHA, LARA SE FUE PERO YO SIGO LEYENDO TU BLOG, BAH..... LOS RESTOS DEL BLOG. PONELE ONDA Y ESCRIBI, QUE VOS LO HACES MUY BIEN!
MARGARITA (MAMI)