jueves, 5 de agosto de 2010

El eterno retorno

No. No tiene nada que ver con la filosofía de Nietzsche. No, tampoco tiene que ver con Splinter, cuya existencia de vez en cuando recordamos. Pero sí tiene que ver con la vuelta de un viejo asunto. Il ritorno della fontana di Trevi.

Ok. Yo entiendo, un invierno tenemos una noche de -22, todo se congela, el caño se revienta, sube la temperatura, sale el agua como si fuera una fuente. Bien. Lo reparo, todo vuelve a la normalidad.

Invierno siguiente, no pasa nada. Al otro invierno vuelve a pasar la misma historia; noche fría, el agua se congela, el hielo ocupa más volumen que el agua, ergo, la masa se expande (güina), la historia se repite. Podría decirse que la historia se repite, la primera como drama (la pérdida de agua ocasionaba una auténtica fuente), la segunda como farsa (sólo sale un pequeño chorro de agua). Bueno, se va la segunda. Reparación momentánea. Funciona. Pasan dos semanas, intenta llegar la primavera, algo pasa, la reparación cede y vuelve a filtrarse el agua. La tercera es la vencida (iluso de mi), saco toda la masilla, vuelvo a reparar todo y, pensando que iba a prevenir futuros problemas, recubro todo el caño con bolsas de supermercado como para hacer una pseudo aislación. Pasó el verano, pasó el otoño. Venía pasando el invierno...

El sábado salgo a tirar la basura orgánica en los canteros, paso junto a la canilla y escucho el ruido del agua que intenta salir por algo que asumí sería una rajadura pero que golpea contra una bolsa de nylon. Me hago el boludo y sigo tirando las cáscaras de banana y papa. Ya llegará la primavera y el día de su reparación.
Fuente. En la casita es una invitada de todos los inviernos.

lunes, 2 de agosto de 2010

Todo comenzó con un pucho

No siempre entiendo como se dan las cosas. Bueno, tal vez pocas veces entienda como y porqué pasan. Esta cadena de eventos es un claro ejemplo... Todo comenzó en mayo, creo, aunque ya no lo recuerdo con claridad. Había salido un toque más temprano de la escuela y como tenía pocas ganas de leer, fui a dar una vuelta por el centro. Era un día lindo pero la costanera estaba extrañamente ventosa. Así que después de intentar caminar unos metros decidí refugiarme en algún negocio de música. Fue entonces cuando pensé en pasar por la tabaquería donde trabaja Caro, una amiga que también es profe de español y - por si fuera poco - preceptora.

Debo reconocer que desde que la conozco a Caro sólo pasé por la tabaquería dos veces... Llego, tiro mis cosas en un sillón, Caro empieza a hacer mate, comenzamos a charlar, intercalamos un par de mates y entre todos los clientes que van llegando a la tabaquería (son más de los que yo hubiera pensado) aparece una amiga de Carolina que viene a visitarla. "Celeste, mi amiga politóloga", me dice Caro. No sé si fue el hecho de que hubiera dicho "mi amiga politóloga" o qué pero automáticamente su cara me resultó más que familiar. "Nicolás, pensá, de dónde la conocés", me dije hasta que tuve una iluminación. Iluminación, sinapsis en cadena, como quieran. Celeste había sido profesora mía en la facu. Debo haber tenido tres o cuatro clases con ella pero no muchas más que ésas.

"¿Perdón, vos no das clases en Ciencia Política en la UBA?", le pregunto y mientras ella me miraba, le agrego con un poco más de memoria y sumando datos, "¿Sistemas políticos comparados?".


De repente recordé todo, que ella una clase ella había dicho que viajaba de Bariloche a Bs As, qué alguien más me había comentado al pasar que estaba viviendo acá, que había sufrido con ese oral, que tuve que aprenderme el sistema electoral alemán -cuco de entre los cucos en cuanto a sistemas electorales respecta- y que aún recuerdo, que cuando aprobé el examen sentí que era como recibirme por anticipado ya que sólo me quedaban entonces las optativas.

Y bueno, empezamos a charlar, hablamos del consabido tema Conicet, evaluamos posibilidades, nos colgamos hablando. No, no es el comienzo de una historia de amor. Pero sí de una historia...


Seguimos en contacto pero no super asiduo. Hasta que un día recibo un e-mail de Celeste donde me contaba que la había contactado de la Universidad de Río Negro para ofrecerle que se hiciera cargo de la materia Fundamento de Ciencia Política. Requisito importante, ella tendría que dar teóricos y prácticos ya que desde la universidad querían un docente para todos los cargos. Sin embargo, Celeste tiene un congreso en Canadá y posiblemente una estadía de un mes o más en una universidad en Estados Unidos. Explica toda esta situación y queda en reponder. Ya en su casa piensa en proponer que entre los dos hagamos una cátedra y no encarguemos de las clases. Me escribe la responsable de la parte de ciencias sociales y humanidades para tener una entrevista. Semana de locos; 32 estudiantes en la escuela, yo con el grupo de literatura, armando los cuadernillos, ni un requicio de espacio en la escuela, diluvio universal, yo disfrazado de intelectual... pero lo logramos.

Propuesta de la universidad, hacer una excepción y pedir la aprobación del equipo, designación ad honorem para Celeste, rentada para mí y la posibilidad de volver a la universidad pública por la puerta grande... Hoy me llegó la "bienvenida" a "nuestra institución" y la larga lista de papelitos que debo presenter en estos días. Universidad de Río Negro, preparate, que allá vamos.
Diferente. Ese sería el estado en el que está nuestro programa de Fundamentos de Ciencia Política

La igualdad, los griegos y los romanos

Un poco monotemático lo mío, puede ser. Pero con esto ya voy dando el tema por cerrado. La verdad es que, no sé en Buenos Aires, pero por estos pagos generó (y genera aún) bastante discusión y más de una posición encontrada.

Contra todo pronóstico, cada tanto chequeo la página de internet de "La Nación". Aunque no acuerde con lo que dicen, al menos dicen algo, mal que mal escriben con un mínimo de decencia y se nota que no jubilaron a todos/as sus correctores/as. Por suerte tampoco hacen títulos del tipo "Dicen que", "Ahora parece que", entre tantas aberraciones que produce Clarín.

Obviamente hay situaciones en las que me interesa ver como titulan las noticias que los hacen sangrar por la herida. Con la aprobación de la ley de matrimonio igualitario pasó esto mismo. Tan pornto como llegué a la escuela abrí su página para ver que decían.

Entre tanto detalle que no informaba de mucho había una nota de opinión. El autor, Mariano Grondona. Sí, sí, ése mismo que todos/as conocemos pero sin café, sin anteojos y sin pipa pero con la misma sofistería de siempre. Empiezo a leer: "El debate sobre el matrimonio 'gay' se ha venido intensificando hasta convertirse en una 'polémica' (del griego 'polemós', 'guerra')". No, no, no... es demasiado. Primera oración y ya encuentro una cita al griego. "A ver - pienso - sigamos viendo qué piensa este hombre", y haciendo un esfuerzo intelectual innecesario sigo leyendo... el primer párrafo tenía una o dos oraciones más acerca de cómo Bergoglio le hizo el juego a los Kirchner al decidir "pelear esta guerra".

Segundo párrafo: "Hasta hace poco, los ciudadanos homosexuales habían sido discriminados. Según Aristóteles, la justicia consiste en 'tratar a los hombres como iguales en lo que son iguales y como desiguales en lo que son desiguales'...". No, no, no... ¿por qué Aristóteles?, ¿por qué tantos recursos para ir al grano?

Otra vez, la idea era "si 'ellos' no son como 'nosotros', ¿cómo vamos a darles los mismos derechos?". También, arremetía... "está muy bien que tengan sus derechos, pero tampoco con el nombre 'matrimonio'." Ok, de esto ya hablé y no me voy a volver a meter. Su propuesta era que la justicia es algo loable, pero esta ley promovía un "igualitarismo" peligroso, donde gente que no es "igual" termina siendo tratada como tal.

La posición me parece discriminadora, hipócrita y de garca. Si querés decir que hay "otros" -y también hay otras, pero posiblemente sea demasiado para Grondona- y que no se merecen los mismos dereches, hacelo y bancátelo. Pero no sólo era eso lo que me molestaba. O, mejor dicho, era eso, todo eso, sumado a una redacción prolija, llena de alusiones aquí y allá al griego, al latín, a Pablo V y a no sé quien más. Yo estaba indignado. ¿Qué tiene que ver Aristóteles con la Ley en Argentina? ¿qué afecta si "polémica" viene del griego, del ruso o del letón? Les comento a mis compañeras de trabajo lo que decía la nota de opinión y Sol, una de las profes de la escuela, me dice con una claridad increíble "es que cuando no tenés autoridad para hablar de algo tenés que autorizar tu discurso por otros medios". Me quedé mirándola pensando que era eso que ella había verbalizado lo que más me molestaba de esto. Que Grondona justificara posición personal indefendible a favor de la desigualdad con Aristóteles, con el griego, con el latín, como si la mera existencia de "citas de autoridad" fuera a legitimar lo que decía.

Mientras pensaba esto la miré a Sol y me alegré de este espacio que fuimos construyendo con las profes -soy el único- del "nucleo duro" de la escuela. "A ustedes los crían y el viento los amontona" me dijo Juan cuando le referí parte de como nos habíamos enganchado en la escuela con todo esto. Con el matrimonio igualitario, con el derecho al aborto, con el tema "del campo", con las retenciones, con la discriminación, con el gatillo fácil. No somos muchos/as y sabemos que en Bariloche somos minoría. Pero se siente lindo, está bueno saber que hablás el mismo idioma que tus compañeros de trabajo.* Se siente bien saber que más o menos griego, más o menos latín, nos entendemos y no necesitamos recurrir a nadie para explicar lo que creemos.
* Hay excepciones. Nada es perfecto.