Henry van de Velde fue un arquitecto
belga que, junto a Victor Horta y Paul Hankar, es considerado como uno de los
padres del art nouveu en Bélgica. ¿Y
qué hace un belga en Sajonia? Van de Velde estuvo yirando largo y tendido por
Alemania, donde entabló buenas relaciones con una serie de industriales y
adinerados varios que estaban bastante interesados por su trabajo.
Van de Velde trabajó también en Gante,
puntualmente diseñó la torre de la biblioteca, un edificio que durante nuestra visita a Bélgica
estaba tapiado y en obra de renovación, así que no pudimos ver. Pero en
Chemnitz tuvimos más suerte y pudimos visitar la villa Esche.
Villa Esche fue el hogar de una rica
familia de industriales que dieron a Van de Velde rienda suelta para diseñar su
hogar. Van de Velde se tomó la orden al pie de la letra. No porque haya creado
un edificio en extremo delirante ni mucho menos. No, para nada. Van de Velde
creía que no había que sobre ornamentar ni decorar, que todo cuanto se pusiese
en la casa debería poder usarse y tener una función.
¿Entonces? Van de Velde diseñó la casa.
La casa y todo lo que hay en ella. La casa, la pintura de las paredes, las
lámparas, los muebles, la vajilla. Todo.
Para van de Velde vivir en un hogar
implicaba una experiencia total, por lo tanto todo contribuía a generar un
conjunto armónico. La única excepción fueron los cuadros familiares del
comedor. Del resto, nada escapó a sus manos.
Algo es cierto, no se le puede negar la
armonía a la casa. Eso sí, bastante cara les salió a sus dueños.
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