jueves, 23 de abril de 2009

Qué lástima pero adiós ...

Bueno, al menos pienso que sirvió para distraerme un poco, ponerme en contacto con un par de personajes locales y devolverme al mundo de la escritura. Como dijera una célebre filósofa y pensadora “qué lástima pero adiós, me despido de ti y me voy”… Y así se cerró (bueno, yo cerré) mi -rápida- experiencia universitaria en el profesorado de Lengua y Literatura, al menos por ahora. Habiendo decidido definitivamente abandonar la cursada del Taller de Lectura y Escritura me despido de la feliz y breve experiencia. Lo bueno, si es breve, dos veces bueno, dicen, y tal vez sea verdad. Así que decidí dar por cerrado el capítulo apenas abierto y dedicarme de lleno a la maestría de la UNQ que curso en forma virtual y que su buen tiempo me requiere.

Decía en el post que inició la segunda vuelta del blog que me di cuenta de que no sabía muy bien en que estaba pensando cuándo me embarqué en la aventura. ¿4 materias? ¿en qué tenía mi cabeza ocupada?. Pienso que cómo buen pichón de la UBA de alguna manera necesitaba re institucionalizar mi carrera, meterme en algún espacio con “calorcito” de institución, re encauzar mi vida académica y sentirme cobijado en una universidad. De algún modo la sensación me retrotrajo al camino recorrido hace algunos años, cuando apenas recibido había decidido re-embarcarme para entrar, esta vez, en el mundillo de la sociología… tarea que abandoné para venirme tras la aventura barilochense.

“El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, dice la frase. Cada tanto compruebo veracidad del refrán. ¿Tan grande es la necesidad de sentir que uno no tiene su vida profesional a la deriva? Nadie discute la importancia de mantenerse actualizado, pero pienso que entre los egresados de ciencias sociales con una integración “diferente” en su área de trabajo existe esta tendencia que nos lleva a seguir embarcándonos una y otra vez para ampliar nuestras áreas de conocimiento o profundizar las que tenemos, con las esperanza de que alguna institución decida cobijarnos.

No abandono la tarea con la frustración de quien no logra terminar algo sino con la tranquilidad de quien ha sabido bajarse a tiempo de algo que inexorablemente terminará por rebasarlo. Tal vez, cuando termine la maestría vuelva a intentarlo. Algo es claro; no ahora.

5 comentarios:

maría celina rapallini dijo...

clarisima tu reflexión. Pero sería mejor hablarlo, ¿no te parece?
¿cuándo?

Anónimo dijo...

Bien dicho!

Nicolás dijo...

Me encantaría charlarlo... Cuando quieras te venís y lo hablamos...
Con vos, anónimo, no sé si dá la confianza.

Anónimo dijo...

Ay mamita que susto!!!!

pense que lo que dejabas era el blog...

otra vez no!!!

Ahora respiro aliviado.

Anónimo dijo...

Esta vez volvió para quedarse...no?