miércoles, 20 de enero de 2016

El mercado de Navidad

Cuenta la leyenda que el primer mercado de Navidad se realizó en Dresden en 1434. Acá ya hay datos de debate. Porque al principio se trataba de un mercado de carne que se realizaba el lunes antes de Navidad. De allí no se deduce que haya sido siempre un mercado enteramente de Navidad. Desde allí en más cada año se hizo más popular y además de carne comenzaron a vender Stollen, que en el sajón de la época se decía de algún modo parecido a strizel o striezel, de donde deriva el nombre Striezelmarkt que ostenta el mercado. Esto no es Wikipedia, es información valiosísima de mi clase de alemán. Está chequeado.

Con el tiempo el mercado comenzó a durar más, y a venderse no sólo stollen sino también especias e ingredientes para el stollen, las lebküchen y el glühwein. El glühwein es un vino caliente especiado, super popular en el mundo germánico para tomar en la calle cuando hace frío. Como un café caliente pero ligeramente más alcohólico. No voy a dar nombres pero hay gente que ha desarrollado una tendencia a la ingesta del glühwein incluso desde antes del almuerzo. Las lebküchen son también algo super típico de la Navidad germánica. Una masa de galletita con base de harina, almendras, azúcar y clara batida con canela, jengibre y clavo olor que se cocina sobre una hostia y luego es bañada en chocolate o glasé.
Nuestra primera visita al mercado fue con una pareja de argentinos que ofició de guías en esta suerte de Babel culinario-navideña. Para José -que trabaja en el instituto que está al lado del de Diego- el eje de la discusión en torno al mercado incluye la cuenta de las ediciones y la antigüedad del mismo. Durante los años en que existió la Alemania Oriental no hubo mercados de Navidad. El estado socialista no concebía la necesidad de celebrar la Navidad, una fiesta de origen religioso devenida en momentum del consumismo, así que ni por un lado, ni por el otro. Y ni falta hace hablar de lo que pensaban los líderes de la DDR del mercado de Navidad, así que bueno, por cerca de 50 años se acabó el Striezelmarkt. La pregunta del millón a todo es… ¿cuentan esos cincuenta años en la historia del mercado? … aunque se haya interrumpido en su realización ¿sigue siendo el más antiguo?
Otras preguntas también fuente de debate son ¿qué comemos? ¿en qué puesto? ¿dónde compramos el glühwein? ¿por qué la cola es tan larga? ¿por qué hace tanto frío?. Después del cuarto glühwein posiblemente las preguntas sean otras, pero por ahora no nos vamos a abocar a ellas. ¿Qué comemos? Siempre hay Wurst. Por ahora los más frecuentes son los thüringerbratwurst, una especie de salchicha larga y clarita que se suele cocinar a la parrilla y comer con un pancito que deja afuera la mitad de la salchicha. En Dresden no importa cuál sea el evento, siempre hay puestos de thüringerbratwurst. Así que nosotros elegimos comer otra cosa siempre que podamos. Obviamente en los mercados más tradicionales hay más wurst y en los otros hay más Kebap, lángos, comida china, pizza o lo que fuere. En qué puesto es fácil, uno sin cola kilométrica. La verdad es que los alemanes podrían hacer las cosas fáciles y vender el glühwein en el mismo lugar que la comida. Nop. Normalmente no es así, lo lamento.
Aunque no lo parezca, las figuras del pesebre son de relativo tamaño real. Y el tronco que se ve es el del gran árbol de Navidad que se ve en el centro de la plaza.
Y hablando de glühwein, otra cosa que no puede faltar en los mercados de navidad, al menos en los de Sajonia, son las pirámides de Navidad. Son réplicas gigantes de unas hechas con madera que medirán 20 o 30 centímetros y que todos los sajones que se precien de tales tienen en sus casas. Se  trata de una torres de cuatro pisos en las que se prenden velas que al calentar el aire hacer mover una hélice colocada en la cima de la pirámide. Al mover la hélice se mueve un eje que mueve a las figuras que adornan cada uno de los pisos de la pirámide. Obviamente las hay con lucecitas eléctricas y que giran a batería. Intuyo que las pirámides gigantes que se ven en los mercados funcionan con el mismo principio.
Las dos primeras fotos de pirámides son de la del Mercado de la Altmarkt. Esta última es del mercado de la Frauenkirche. Como imaginarán.Noviembre y diciembre no son meses precisamente famosos por la limpidez de sus cielos y lo apacible de su clima. En algunas fotos queda bastante claro (u oscuro, según se vea). Aunque cada tanto también suele haber algún día frío-frío de presión alta, helada y cielo azul.
Lo que definitivamente seguirá siendo un misterio es la pasión con la que alemanes y turistas se lanzan sobre el mercado, dispuestos a consumir y a dejarse llevar por la marea humana que fluye por los pasillos y callecitas, como si ya no fueran a quedar más wurst o glühwein. O como si se tratara de cosas jamás antes vistas, lo cual es bastante extraño porque más grande o más pequeño, más espectacular o menos, las ciudades del mundo germano (incluye suizo germano) parlante suelen contar con este tipo de circo mercado. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Extrañas costumbres y que se remontan tan atrás en el tiempo. Muy buenas imágenes. Un placer la lectura.

Nicolás dijo...

¡Gracias! Es interesante, hay costumbres super antiguas que se reservan y junto a ellas hay otras que por contraste son nuevísimas y sin embargo están también arraigadas. El primer ejemplo que me viene a la cabeza de eso es el curry-wurst. Un Wurst-salchica tradicional alemana cortada y cocinada en una salsa picante de curry. A pesar del engorro que puede resultar comer eso parado en un evento callejero es algo que está por demás extendido entre alemanes y no tanto.