jueves, 21 de diciembre de 2017

Las callecitas de Luneburg tienen ese no sé que...

No lo voy a negar. Fotográficamente hablando, tengo una especial debilidad por los edificios de ladrillos, las calles peatonales llenas de casas de dos o tres pisos, los adoquines, las puertas de colores y las torres de iglesia que se asoman por detrás de los techados. Digamos que en Luneburg me hice un festín.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De cuento, chico... De verdad es para enamorarse!

Nicolás dijo...

La verdad es que sí, la ciudad entera es casi de cuento, lo mismo que Lübeck. Hablando de cuento, entre las tantísimas rutas turísticas que existen en Alemania está la de los hermanos Grimm, que visita varios pueblos y ciudades en las que trancurren varios de sus cuentos, Bremen y Hammelin incluidas.