jueves, 14 de diciembre de 2017

Nossen

En nuestra cruzada para sacarle el jugo aprovechar nuestro pase de castillos de Sajonia llegamos al casi desconocido pueblo de Nossen, a mitad de camino entre Dresden y Leipzig. Lo reconozco, oficialmente es una ciudad pero no sé si es porque es domingo o qué pero el lugar no deja de transmitir la sensación de ser un pueblo.
Como Nossen pasó buena parte de sus más de setecientos años de historia durmiendo la siesta ajeno a los grandes centros de poder, tiene -básicamente- dos atractivos: el castillo del lugar y los restos del monasterio de Altzella.
El castillo existe desde el año 1185, cuando se estableció en la región un tal Petrus de Nozin, que le dió (su) nombre al señorío. Desde entonces el castillo de Nossen tuvo una historia más que accidentada. Disputado entre numerosos señores locales (incluidos los obispos de Meissen) el castillo pasó de mano en mano a lo largo de los siglos.
Incluso los prusianos lo ocuparon alguna vez y hasta Napoleón Bonaparte utilizó (ejém, por un día nomás) el castillo como cuartel general.
El otro atractivo del lugar son las ruinas del antiguo monasterio de Altzella, creado en el siglo XII y que por casi doscientos años fue el lugar de entierro de los márgraves de Meissen y posteriormente de los duques de Sajonia.
En su época fue uno de los monasterios más ricos de la región y contaba con una de las mayores iglesias de la zona. ¿Qué pasó con todo eso? Reforma y Martín Lutero mediante, el monasterio fue abandonado, la iglesia desmontada para reutilizar piedras y ladrillos en la construcción de la iglesia de Nossen y las tierras pasaron a engrosar las propiedades de la familia ducal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sic transit gloria mundi... (O algo parecido)