En
las postales de muchas ciudades europeas suelen abundar las plazas y
terrazas con sus mesas al sol. Con o sin sombrillas, pobladas por
familias que comen algo típico o por parejas que toman cerveza,
llenas de gente que beben café, leen el diario o se toman un
helado... Y la verdad es que, más allá de la veracidad de la imagen
climáticamente idílica, efectivamente, las mesas de las veredas y
plazas suelen estar siempre listas para recibir al más variado
público:
París
Todos,
todos, absolutamente todos los bares y bistrós tienen una, cuando no
dos, líneas de mesitas en las veredas. Normalmente unas mesitas
redondas diminutas donde con suerte te entran dos cafés y un plato
de medialunas. Normalmente, con los/as comensales de espaldas al
local, mirando a la calle (y no el uno al otro). Jóvenes y adultos
veredean de este modo por igual, todos/as amontonados/as, con sus
mesitas atiborradas mientras hablan, gesticulan y fuman.
Dresden
Ante
todo, los/as alemanes/as son gente amante de su espacio, así que las
mesas en plazas y terrazas suelen ser grandes, venir con sombrillas
inmensas y tener espacio suficiente para que todos/as se sienten
cómodamente. Y sí hace frío nadie se echa atrás. En bares, cafés
y restaurantes, en las mesas de afuera siempre hay unas mantas que te
podés echar encima para disfrutar del sol sin que la fresca te lo
impida. Demasiado amarrete es el clima local como para andar
guardándose a la menor señal de inclemencia climática.
Ámsterdam
¿Mesitas
afuera? ¿en Ámsterdam? ¿y dónde estacionan las bicis? No, no, no…
La vereda y la calle son para los/as ciclistas. Ocasionalmente, si
los/as ciclistas están de buen humor puede que la compartan con
los/as peatones/as. Así las cosas, no hay lugar para mucho más que
alguna que otra mesita aquí o allá donde la gente se amontona, en
general, mirando a la calle. Lo que sí podés encontrar son
restaurantes en las cubiertas de los barcos o lanchas donde la gente
pasa haciendo pic-nic.
Madrid
No
todos pero, hay que decirlo, sí hay lugares con mesas afuera.
Normalmente no en las veredas pero sí en las plazas. No sé si es
porque no son muchas pero, generalmente, las mesitas de afuera se
cotizan. Literalmente. Muchos lugares tienen dos precios en la carta:
uno para adentro (más barato) y otro para la terraza. Sí, el
cafecito al sol te cuesta más caro que en el local. Posta. Aunque
claro, más cercanos/as a nuestra idiosincrasia, a la primera señal
de mal tiempo, los/as españoles/as que están afuera se mandan a
mudar. ¿Quién querría quedarse sufriendo fuera con ese viento
horrible?
Venecia
¿Qué
más romántico que tomarse un cafecito en la plaza San Marcos o
mirando las góndolas que surcan los canales de la ciudad? Allí
donde lo exiguo del espacio lo permite, hay mesas fuera. Claro que a
veces las veredas y calles venecianas son tan angostas que no siempre
hay lugar para las mesitas. Pero donde las hay, la gente se lanza
sobre ellas.
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