viernes, 22 de junio de 2007

El Día después de mañana (Parte I)

(Día Jueves)

Había ido al supermercado a hacer unas compras, así que luego de pagar y embolsar las cosas me dispuse a volver... Entre la llovizna comenzaban a aparecer algunos copos y se sentía que el viento soplaba con fuerza. Apuré el paso, para ver si llegaba antes de que las cosas empeoraran.


Al fin en la casita, me saqué las botas, me puse las pantuflas, entré. Puse a calentar leche para un chocalate. Melanie y Esteban (Steven para los amigos) estaban merendando, así que me uní a su ritual, cruzamos unas palabras. Mi chocolate estaba listo, así que me senté en el sillón y me dispuse a tomarlo mientras veía la tormenta de nieve que venía desde el cerro López. El viento se hacía oir cada vez más y yo estaba extrañamente cansado. Por primera vez en mucho, muchísimo tiempo pensé en dormir una siesta.


"Nico.... Nico" escuché entre sueños, "¿quieres una vela?" ... "¿eh?", atiné a balbucear, mientras tanteaba la lámpara para encenderla y lograr despertarme. La desorientación duró unos instantes, finalmente entendí que se había cortado luz, y que Esteban me ofrecía una vela para iluminarme.


Junté mi ropa y fui a bañarme a la luz de la vela mientras Belu terminaba de cocinar y los chicos se preparaban para comer.


Cuando salí veía, con la poca luz que nos ofrecían las velas como afuera el viento se arremolinaba y los copos de nieve caprichosamente subían y bajaban llevados por las ráfagas de viento. Comimos rápido, y yo tenía el atontamiento (si es posible aún mas) propio de la gente que durmió un poco y está peor que si no hubiera dormido, así que volví a la cama. Mientras intentaba dormir el viento golpeaba con fuerza y la nieve caía de los árboles. Puse música de Cesaria Evora y me quedé dormido.


Había silencio, había soñado con algo raro, para variar yo era profesor y daba clases de francés (sic). Busqué el celular, la electricidad seguía cortada. Eran las tres de la mañana. Miré por la ventana, blanco, todo blanco; los árboles, la calle, la ruta. No se veía nada, seguía nevando… y yo que debía dormir para ir a trabajar miraba por la ventana como caía la nieve, casi sin poder hacer otra cosa (continuará…)

1 comentario:

Anónimo dijo...

"El blog de karucha irradia belleza"