viernes, 9 de octubre de 2015

Pequeñas diferencias

Hasta que consigamos un departamento permanente estamos viviendo en uno de la Casa de Huéspedes Internacional de la Universidad Técnica de Sajonia. Es uno de los pocos edificios altos -tiene 17 pisos- que hay en el barrio. En esta zona de la ciudad las construcciones no tienen más de 6 o 7 pisos e, incluso, un poco menos.

Aparentemente fue modernizado y reacondicionado hace poco tiempo. Se ve todo bastante moderno, pulcro y funcional. Al entrar se accede a una suerte de pasillo al que dan la puerta del baño, luego el espacio de la cocina y, finalmente -y separado de la cocina por una pared y el placard- el espacio de dormir-comer-trabajar:
 
La cocina viene con frigobar, dos hornallas eléctricas, extractor (aún desconocemos como funciona; ante la duda probamos también con comandos orales del tipo "Extractor, actívese", "Encender extractor" y "Funkioniert bitte" pero hasta ahora con nulos resultados). También hay pava eléctrica, sartenes, cacerola, cacerolita, platos, vasos, cubiertos, etc.

Delicias de la vida germana


A simple vista está todo muy lindo, todo muy bien... pero en los detalles comenzamos a encontrar, no diría problemas, sino cosas que son ... mmm... "diferentes". Los enchufes son distintos (vaya novedad), las llaves también. Pero más allá de eso hay pequeños detalles a los que no estábamos del todo habituado. Creo que el baño se lleva la mayoría de los premios.

Empezando por el "inodoro levitante", por llamarlo de algún modo. No es que levite sino que en lugar de estar apoyado sobre el piso está enganchado a la pared. Sí, Larita tiene uno de estos en su casa y no es que jamás en la vida haya visto cosa semejante pero como diferente salta a primer a vista que lo es. Hay que reconocer que para limpiar debajo es mucho más fácil y que no genera esquinas de difícil acceso que acumulan pelusa. 
Siguiendo en el baño, bueno, obviamente no hay bidet, con lo cual hace que el ambiente parezca mucho más grande. En el mismo espacio del inodoro pero levantando la mirada aparece el detalle número dos, "la teclas de la mochila del inodoro". Imaginarán como funciona, la tecla más pequeña tira una descarga de agua más reducida, como para "lo primero" -aunque está en segundo lugar-, mientras que la tecla más grande genera una descarga de agua mayor. Si es para ahorrar, está bien. Más acá en Alemania, donde el agua es super super cara (aunque no tan cara como el gas, que se importa de Rusia).  
Aún en el baño yendo hacia el sector ducha aparece la barra de hacer ejercicios. ¿No es una barra de ejercicios? Parece que en realidad no es para hacer flexiones ni cosas raras, sino que es la calefacción que, asumo, viene con barritas para colgar la ropa. Si no son para eso, pues mis disculpas a la sociedad germana pero seguiremos usándolo así. Vamos a ver si en Navidad lavamos todas las medias así pasa Vatter Noel y nos pone algunas golosinas.
EL siguiente ítem de la lista parece, a simple vista, todo un desafío: la canilla de la ducha. Otra que se resistió a funcionar al comando de "ducha, actívese". Así que luego de reflexionar un poco pude dar con la solución. En un extremo de la barra (el que tiene el botón rojo) se calibra la temperatura. En el opuesto, la cantidad de agua que sale. Debo reconocer que funciona bastante bien.
Como dije, el gas es super caro, necesita ser importado desde Rusia (país con el que la relación está un poco... "tirante" luego del episodio de Crimea) así que hay que cuidar el recurso. Las cocinas son casi todas eléctricas, lo mismo que los anafes y hornallas. Hasta ahora no hemos hecho gran cosa pero funciona. Requiere un poco más tiempo hasta que se calientan las hornallas, así que parece ser recomendable encenderlas un rato antes de empezar a cocinar. Yo aún sigo confundiendo cuál es la llave de cada hornalla pero seguramente en breve lograré dominar el asunto. De más está decir que la pava eléctrica no tiene temperatura para mate. 
El tacho de basura... está debajo de la mesada y se abre luego de abrir una de las puertas del mueble. Viene con tres compartimentos. Y para quienes creían que soy un maniático por separar basura reciclable (plástico/vidrio/latas) de la orgánica y del papel y el cartón, acá hay que separar las basura en cinco categorías diferentes. Sí, cinco: envoltorios, plástico y metales; restos orgánicos; papel y cartón; vidrio y - para nosotros la categoría más problemática - residuos. Asumimos que será la basura del baño, ya veremos. Afuera del edificio hay contenedores de cada color para las distintas cosas. Según el instructivo del departamento en el contenedor de vidrios habría que separar el vidrio por color (verde, marrón y blanco) pero aún no hemos producido basura de esta categoría.
Y por último, pero no por eso menos importante, las camas. Si, ya sé, parece camas normales. Además, ¿qué podría tener de extraño una cama? En si mismas, nada. Pero... las almohadas son cuadradas. ¿a quién se le ocurre una almohada cuadrada? Serán de 60cm x 60cm. Este era un detalle que yo no recordaba. Lo siento mucho si estoy quebrantando una norma pero la estoy doblando a la mitad para dormir, así tiene forma de almohada, es más mullida y no duermo sobre el final de la cama.

Un capítulo aparte merecen las sábanas. De eso sí me acordaba porque ya había sido raro mi primer encuentro con las sábanas germanas. Obviamente hay una sábana para el colchón, luego una (cuadrada) para la almohada (cuadrada) y, finalmente, una para el plumón, que es -en realidad- una suerte de funda en la que se mete el plumón. Esa sábana no es lo suficientemente larga como para poner sus laterales debajo del colchón (los alemanes suelen referirse a nuestras sábanas como "aprisionantes"). Como resultado, si se dan muchas vueltas al dormir te vas destapando. Pero, además, como hay un plumón, no hay frazadas superpuestas una sobre otra (ya veremos cómo hacemos en invierno y con noches cálidas -si es que las hubiere-).
Aún no sabemos si muchas de estas delicias de la vida germana son propias de nuestro departamento, de algunos hogares o si están extendidas por doquier. Bueno, lo de la basura sí es general, y lo de las sábanas diabólicas también. El resto iremos averiguándolo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No hay nada más cómodo que las almohadas cuadradas (80x80) y las fundas nórdicas. ¡Es mucho más fácil hacer la cama, un sacudón y voilà! Ah! Las jarras eléctricas no traen temperatura para el mate, ya que ahí nadie toma. Lo mejor es recurrir a la vieja pava. ¡Abrazos! F.

Nicolás dijo...

Jajajaja, la practicidad de hacer la cama con estas fundas es innegable. Pero creo que a la hora de dormir sigo prefiriendo el sistema de sábana enganchada debajo del colchón y regulación variable de frazada... Y la pava... uf, qué complicado. En el departamento sólo tenemos pava eléctrica y sino ollita. Hasta que nos compremos una me parece que tendremos que seguir con el sistema de pava eléctrica + agua fría. Me llama la atención pero hasta ahora no hemos visto muchas pavas... tampoco es que hayamos buscado sistemáticamente. Igual para cuidar la yerba estamos tomando sólo una vez al día, tipo a la tardecita cuando vuelve Diego del laboratorio.
Beso

Andrea dijo...

Holaaaaaaaaaaa. Lindo todo lo que contás. Me dan ganas de volver, obvio. Snif snif. Les mando un beso y nos leemos pronto :)

Kussitos
Andy