Hace ya milenios
(cuando este blog todavía funcionaba regularmente) Lara nos mostró en Bariloche
a diario (su blog que ya no era tan barilochense pero que funcionaba) las fotos
de su nuevo hogar helvético. Un pueblo, en las afueras de Zurich, con montañas
y bosques a la vista (accesibles), calles poco transitadas, casas pintadas de
colores pasteles, muchas de ellas parecidas y, al mismo, un poco diferentes.
Parecía perfecto, tanto así que cuando hice algún comentario en su blog deslicé
la idea de que se habían mudado a Wisteria Lane. Wisteria Lane (Pronúnciese Uistiria
Léin) es la calle donde viven (vivían) las protagonistas de Desperate
Housewives (Amas de casa deseperadas), serie que por aquel entonces miraba con
bastante frecuencia (cualquiera tiene un derrape).
Wisteria Lane, la
calle perfecta de la serie.
Finalmente en la tarde
de Nochebuena llegamos a Wisteria Lane. Mejor dicho, llegamos a Zurich. Ahí
estaban Lara, Guido y Lena esperándonos para llevarnos a Othmarsingen, que es
dónde se encuentra la otra Wisteria. Y si alguien se lo pregunta, sí, en la
realidad es todo tan lindo como lo parece por blog y feizbuk. Sólo el clima fue un poco adverso aunque igualmente nos dio unos días de tregua.
La otra Wisteria. Mucha naturaleza, montañas a la vista, poco tránsito y calles zigzagueantes que se cruzan entre sí.
Muy cerca de donde
viven los Kellenberger Saubidet se encuentra el castillo de Lenzburg. Y
Lenzburg, una ciudad que creció amurallada al pie del castillo.
Ya desde lejos se lo
puede ver. Desde la cima del cerro el castillo de Lenzburg domina, como desde
hace más de 500 años, la vista de la región, viendo pasar gente de un lado al
otro, suizos, austríacos, reformadores religiosos y ejércitos napoleónicos.
Apenas tuve que buscar
información extra ya que nuestra guía oficial nos explicó con lujo de destalles
cómo venía la mano. El castillo era el asiento de los condes de Lenzburgo, que
se extinguieron hacia el 1200. Después pasó de mano en mano, o, mejor dicho, de
familia en familia (incluyendo la del emperador del Sacro Imperio, Federico
Barbarroja), hasta que finalmente los Habsburgo se quedaron con el casillo en
1273. Sí, son los mismos Habsburgo de la casa de Austria, los que más tarde se
casarían con los descendientes de los reyes católicos de España y nos
atormentarían en la escuela con sus interminables alianzas, linajes,
matrimonios y guerras. Pero como para eso hubo que esperar más de 200 años, de
momento no es necesario ocuparse mucho del tema. Es más, podemos olvidarnos de
ellos porque en 1415 el castillo y la ciudad fueron conquistados (al igual que
la región) por Berna. Por eso hay osos pintados en las paredes. Nota al pie, en
Suiza, como en el resto de Europa, cada ciudad y región tienen su bandera. En
general son combinaciones de colores, motivos y animales. En el caso de Berna
(pero también Berlín), el símbolo de la ciudad es, por motivos casi obvios, un
oso. Digo casi obvios porque en alemán oso se dice “bär”, pronunciándose la ä como una especie de sonido intermedio
entre una a y una e normalitas. Otro día volveremos al
tema Berna y el oso, así que por hora tampoco es necesario preocuparse mucho.
¿Dónde estaba? Ah, sí,
Lenzburg fue conquistado por Berna en 1415. El castillo fue la avanzada del gobierno poder bernés en la región entre 1444 y 1798, cuando los
ejércitos franceses entraron en acción. .
Hoy es posible ver en
el castillo rastros de todos los ocupantes, osos, águilas, escudos… cada quien
le fue añadiendo torres, paredes y símbolos propios, lo que hace que el
castillo tenga capas de distintos estilos y que se vea como un edificio que ha
cumplido realmente con la función de fortaleza.
¡Y hasta tiene puente
levadizo!
Aquí estaba, según
Guido, recluida la bruja del castillo, muy a pesar de Lena, que insistía en
explicarle a su hermano que “las brujas no existen”.
Junto al pie del castillo hay una “pequeña aldea” con casas de madera para que los/as niños/as (y no tanto) jueguen y hagan algo parecido a búsquedas del tesoro. Obviamente cada construcción explica qué es.
Para evitar lugares comunes preferimos no encontrar a las panaderas con las manos en la masa.
2 comentarios:
jajaja me halaga la comparación pero la distancia entre Wisteria Lane y Berghölzli Lane es enorme...
Esperemos que la distancia sea enorme respecto de lo que pasa puertas adentro en las casas de tus vecinos... Por el resto la mayor distancia en la que puedo pensar es sólo la climática.
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