martes, 19 de abril de 2016

La filarmónica y la elegancia dominguera

Segundo domingo de marzo. Afuera el tiempo no termina de decidirse. Las opciones son: día gris, frío y ventoso o día gris oscuro, no tan ventoso… pero bastante frío. No es fácil decidir que es peor. De todos modos al clima tampoco le interesa nuestra opinión. Mucho menos nuestros planes. Para el día de la fecha nos espera la sala del teatro del estado de Sajonia. Tenemos compradas entradas para la Filarmónica. Como las compramos con tan sólo diez días de anticipación no conseguimos entradas para el sábado a la noche, así que nos tenemos que conformar con las del domingo. Domingo a las once de la mañana. No parece ser un horario especialmente tradicional para la filarmónica pero bueno, es lo que se consigue cuando se planifica con tan poca anticipación en Alemania.

¿Por qué la Filarmónica toca en el teatro y no en su sede que es el Kultur Palast? Pues porque el “Palacio de la Cultura” está siendo remodelado. Mejor dicho, aggiornado. Lamentablemente la ciudad ha perdido una excelente ocasión para tirar abajo esa cosa horrible hacer un edificio un poco menos cuadradón sesentoso de dudoso buen gusto fuera de lugar y construir algo más acorde al casco histórico. En principio, cuenta la leyenda que cuando comenzó a construirse, las autoridades querían que el Kultur Palast fuera el edificio más alto de la ciudad y pudiera verse desde todos los barrios. Cuando completaron el tercer piso se dieron cuenta de que, o bien tardaban un milenio más en terminar de juntar plata necesaria para hacer la obra que hubieran querido, o bien resignaban la pretensión. Terminó siendo lo segundo, con un edificio menos magnánimo y bastante aburrido, por no decir, desubicado, literal y figurativamente. En fin, el Palacio de la Cultura está siendo remodelado y como consecuencia la Filarmónica toca en distintos espacios de la ciudad; teatros, salas de museos y auditorios. En esta ocasión, el teatro.

Nuestra primera experiencia en una función de la filarmónica nos planteaba algunos interrogantes… entre ellos, cómo tenemos que vestirnos. Optamos por una especie de solución ecléctica; zapatos, saco, camisa, pantalones semi informales y suéter cuasi informal. Ni muy-muy ni tan-tan...A mitad de camino entre ambas cosas, asumimos, podríamos pasar más fácilmente desapercibidos en el evento.

ERROR. A medida que nos acercábamos al teatro quedó claro que, pese a todos nuestros esfuerzos, ubicarnos sería más fácil que encontrar al Momo Venegas en una coreografía del Lago de los Cisnes. Ciertamente estábamos entre los más informales (aunque había algunos pocos que nos superaban). Muchos de los hombres llevaban saco, camisa y corbata. Pero no sólo eso. También debíamos de ser dos de los cuatro asistentes -descontando al personal del teatro- que tenían menos de cincuenta o sesenta años. Juro que no es una exageración.

Ya desde el acceso nos cruzamos con coquetas señoras que tras quitarse sus tapados de piel y sombreros sacaban de su cartera un peine o cepillo, se retocaban el peinado -alguna también el maquillaje- y se disponían a partir en busca de su lugar. La mayoría, con vestidos y polleras largas, tacos y todos los accesorios del caso. En comparación, los señores parecían menos coquetos, pero eso no significa que no estuvieran igual de arreglados para el evento, sino que necesitaban menos “retoques” de último momento. Ciertamente el hecho de que fueran las 10.40 de una mañana dominguera no le quitaba, al menos a los ojos de buena parte de los asistentes, encanto al acontecimiento. Ya veremos la próxima cómo hacemos para inventar -con costo cero- un atuendo acorde.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Experimentando la cultura, o con la cultura. ¿Solo gente grande? Pensaba que estaría colmado de personas de todas las edades.

Nicolás dijo...

A fin de mes tenemos entradas para un sábado a la noche. Hicimos las cosas a la alemana y compramos las entradas con más de un mes y medio de anticipación. Ya veremos cuál es el panorama entonces...

Anónimo dijo...

jaja, excelente! Habrá que leer al respecto.
Saludo!