PEGIDA es una sigla. Y es un grupo. Un grupo de personas que se
identifica con ese nombre. Normalmente toda la gente en Dresden usa la sigla
porque ni siquiera los alemanes, amantes de los chorizos lingüísticos si los
hay, pueden permitirse decir todo lo que significa cada vez que necesitar
referirse a ella. Significa “Patriotische Europäer gegen die Islamisierung
des Abendlandes” que se traduce como “Patriotas europeos contra la
islamización de Occidente”. Debe de ser una de las pocas cosas que el Google translate traduce bien de una (no sé por qué pero al escribir PEGIDA
salta la traducción de todo el choclo).
Tristemente PEGIDA surgió en Dresden. Digo tristemente porque la
verdad es que estamos muy contentos con la ciudad y le tenemos cariño. Apareció
a finales de 2014, en medio de la crisis de refugiados provenientes de Siria.
Para quienes no viven acá les cuento que ése es el tema número uno de las
noticias locales. Y también ocupa los lugares dos y tres de la televisión, los
diarios y las revistas.
Decir que PEGIDA tiene un fuerte discurso anti musulmán es
quedarse un poco corto. Entre otras cosas reclaman medidas más fuertes contra la
inmigración. Especialmente piden controlar la inmigración de musulmanes y
musulmanas, a quienes acusan de “no querer integrarse” en la sociedad alemana.
Obviamente no se asumen como nazis. Ni como fascistas ni como nada por el
estilo. Y en público suelen usar consignas como “Para preservar nuestra
cultura”, “en contra de fanatismos religiosos” o “en contra de las guerras
religiosas en suelo alemán”. Sin embargo los discursos de los miembros de
PEGIDA suelen ser bastante claros al respecto: inmigración selectiva (eligiendo
quién y de dónde puede venir), no más refugiados ni asilados musulmanes, mayor
independencia de Alemania respecto de la Unión Europea, obligación de que los
inmigrantes se integren a la cultura alemana, etcétera, etcétera... Dejo las preguntas
abiertas; ¿cómo se obliga en democracia a que los migrantes ”se
integren” en la sociedad alemana? ¿Qué es integrarse en la cultura alemana?
PEGIDA empezó por Feizbuk. Por Feizbuk y marchando. Poco a poco
las marchas de PEGIDA empezaron a crecer y ganaron participantes. La
organización se amplió y comenzó a realizar manifestaciones en otras ciudades,
casi siempre en la Alemania oriental, donde el desempleo es mayor y el promedio
de los salarios, menor.
Señora Merkel,
aquí está el pueblo, dice la pancarta. Tildar a
Angela Merkel de querer
islamizar Alemania por recibir refugiados de Siria es un poquito
mucho. Hacerla parecer como una campeona de la tolerancia sólo muestra cuan
desubicada está esta gente.
Marcha de PEGIDA. Banderas
de Alemania, de Sajonia (verdes y blancas) y alguna que otra de algún país
eslavo. También unas que parecen banderas pseudo escandinavas.
Entre los alemanes simpatizantes de Pegida se ha vuelto
notablemente popular el uso de esta bandera, una especie de bandera alemana al
estilo noruego o sueco, típico de los países escandinavos. Con un poco de
ganas, el mensaje de fondo es la búsqueda de una Alemania más nórdica. O sea…
de más nórdica a más pura hay una línea tan
delgada como de más pura a
más nazi.
Aunque pueda parecer extraño no sólo hay alemanes entre sus
simpatizantes. También hay europeos orientales (rusos, checos, polacos) que
asisten a las marchas de PEGIDA. Quizás no se den cuenta de que luego de los
musulmanes irán por los africanos, después los latinos y más tarde ellos… o
quizás piensen que por ser rubiecitos/as de ojos claros están a salvo.
Afortunadamente son muchos los alemanes y alemanas que miran con
preocupación el crecimiento de PEGIDA. Y cada lunes mientras en el centro hay
un acto de PEGIDA, a muy poquitas cuadras, hay una movilización AntiFa (Anti fascista).
Refugees welcome (Bienvenidos refugiados) es una de las
consignas más populares. No sólo en las marchas, sino también en graffittis,
calcos y banderas que muchos/as cuelgan en sus casas.
No sólo muchos/as
alemanes/as han reaccionado contra PEGIDA en forma individual. También lo han
hecho buena parte de las instituciones públicas. Edificios municipales y
museos, todos cuentan con sus banderas de "Für einen weltöffenes
Dresden" (Por un Dresden abierto al mundo).
También la Universidad Técnica de Dresden
participa de la movida AntiPEGIDA.
Soy el Rector de la Universidad Técnica de Dresden y uno de los
más de 500.000 habitantes de Dresden que no va a las marchas de PEGIDA.
El año pasado
finalmente parte de PEGIDA se separó del grupo cuando el carácter de los
líderes de organización quedó más expuesto. El fundador es actualmente
investigado por instigación al odio luego de llamar animales y basura a los inmigrantes y pedir más
protección para los trabajadores públicos que tienen que trabajar con “escoria
y animales”. Parece que el chip del discurso políticamente correcto
sufrió un cortocircuito y le dejó de funcionar.
Por si fuera poco, y a alguien le quedaran dudas, en la página de
Facebook de la organización empezaron a poner fotos del Klu Klux Klan con frases como “Tres K por día
mantienen a las minorías a raya”. Y para rematar toda la situación, en octubre
del año pasado uno de los miembros de la asociación dijo en el discurso del acto aniversario de PEGIDA que Alemania se estaba
convirtiendo en un vertedero
para basura musulmana y que
era necesario hacer algo pero que “lamentablemente en este momento los campos
de concentración ya no son una opción”.
Parece mentira que aún en Alemania exista este tipo de personajes.
O, mejor dicho, que puedan movilizar gente, que todo esto haya comenzado con
una página de Feizbuk (ven por qué yo digo que con ciertas cosas hay que tener
cuidado…) y que estas personas tengan cara para seguir marchando por la ciudad
cada lunes. Parece mentira que aún hoy haya gente en Alemania que no haya
aprendido nada de lo ocurrido en los últimos ochenta,
noventa o cien años. Quizás no sea tan obvio que se aprende de los errores.
Sin embargo, cada vez que hablo con alguno/a de nuestros/as conocidos/as me
tranquilizo. Afortunadamente, quizás, no todo esté perdido.
2 comentarios:
Un panorama realmente complejo. Y en el siglo XXI. Y un poco de esto con sus muchas variantes en todas partes, pienso.
Buen resumen, periodístico casi.
Un poco más, un poco menos, hay algo de esto en todos lados... en marchas, muros, leyes y parlamentos.
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