sábado, 19 de noviembre de 2016

Manual básico de supervivencia turística

LETRA C

Carne, cortes de.
Se trata de una serie de quimeras con las que se intenta vender la carne. Normalmente los cortes más populares (en Alemania) suelen ser carne para goulasch (en masas amorfas ligeramente cúbicas de 2cm x 2cm), carne para milanesa, bife, costilla y, en verano, bife para parrilla. A veces también algo que puede ser traducido como carne para sopa/guiso/puchero ¿Buscás entraña? ¿bife de chorizo? ¿bife de lomo? ¿asado o vacío? ¿De qué estás hablando Willis? ¿aguja? ¿nalga? ¿marucha? No way José, de ningún modo. Y ni se te ocurra preguntar por el garrón. No sólo es que los cortes tengan otro nombre. Simplemente son otros. Y, ciertamente, a la hora de elegir, hay bastante menos.

Carne (de verdad vacuna)
En el mundo germánico la carne (vacuna) es un bien preciado que vale su peso en oro. No porque necesariamente sea una delicia sino porque, básicamente, cuesta una millonada. Sí, ya sé que en Argentina la carne de subió de precio, pero esto es, verdaderamente, otro nivel de precios, no sólo en términos absolutos sino también en los relativos. Un kilo de carne de vaca es mucho más caro que la de cerdo. Llegado el caso, y dependiendo del corte, entre un tercio más cara y el triple. O mucho más.

Carne, variedades de
Lo que es carne (así nomás, a secas) cambia de país en país. Mientras que nosotros decimos solamente carne cuando se trata de carne vacuna, en Alemania la carne a secas es la de cerdo. Y si es de vaca aclaran, carne de ternera o de vacuno (no pregunten por qué lo dicen así, simplemente lo hacen). En el mundo europeo suele haber cuatro o cinco carnes estándar, claro que pueden cambiar dependiendo del país. Pero en general, por ejemplo, las carnicerías y los supermercados tienen cada cosa separada. Vaca, cerdo, pollo, pavo y pescado. A veces dentro del pescado puede diferenciarse el salmón del resto.

Cazadores de turistas
En general diríamos, vendedores ambulantes. Casi siempre mayoritariamente hombres, con o sin disfraz al tono, buscan vender souvenires, excursiones y conciertos. También, llegado el caso de emergencia climática, paraguas o capas para la lluvia. A diferencia del cajero del supermercado o la señora del museo, los vendedores ambulantes hablan todos los idiomas del mundo. O al menos los chapucean. Así que la estrategia de “no hablo polaco” no te va a funcionar. Lo mejor para estos casos es evitar a toda costa el contacto visual y el cruce de miradas. Lo mejor, seguir caminando mientras se asiente y se dice gracias en el idioma local (o en su defecto, en alguna otra lengua).

Cena
Dícese de la comida que se ingiere por la tarde/noche. Sí, leíste bien. Tarde / noche (Véase cena, horario de). En un restaurante suele poseer dimensiones relativamente decentes. Sin embargo en cada país lo que se cena en casa puede variar. De nuevo, en algunos rincones del mundo germánico, a la cena se la conoce con el nombre de Abendbrot. Literalmente, el pan de la tarde-noche. Llegado el caso puede limitarse a rodajas de pan y variedad de fiambres, quesos y verduras. Igual, a no preocuparse. Si te invitan a cenar seguramente sea una comida de verdad.

Cena, horario de
Puede que en Francia no tengas problemas, pero en el resto del mundo europeo situado al norte de los Alpes, no salgas a cenar a las 21 o 22 porque lo más probable es que te lleves un chasco. Alemanes, suizos, holandeses, daneses, incluso los ingleses… todos cenan temprano. Y por temprano quiero decir, inverosímilmente temprano. Cinco, seis o siete de la tarde son horarios de cena aceptables. Los/as más jóvenes e informales quizás se estiren hasta las ocho, pero es raro que cenen más allá de eso salvo que medie alguna circunstancia especial.

Chucrut
Por si aún alguien no lo sabe, el chucrut es cualquier cosa menos un plato típico de la alimentación germana. Bueno, el plato en sí mismo sí. Lo que no es alemán es el nombre. Así que mejor evitar el papelón de decir “chucrrrrrrrút” imitando la gáragara alemana. La palabra española viene de la francesa, choucroutte. En alemán se dice Sauerkraut, por lo que si pedís chucrut en algún restaurant se te van a quedar mirando con cara de y éste/a de qué me estará hablando.

Controles de mochilas
Dícese de la pesadilla recurrente del viajero/a. Especialmente en París y, en menor medida, en Bruselas. En otras ciudades suelen estar limitados a edificios de gobierno o lugares especialmente icónicos. El control de mochilas llega a niveles inauditos en París, donde puede haber uno en la entrada de un shopping y luego otro en la entrada de algunos negocios. Obviamente el control es más estricto en los sitios de mayor interés. El Louvre o Versailles tienen controles con detectores de metal y rayos X al mejor estilo de un aeropuerto. Otros controles sólo se limitan a hacerte abrir la mochila y mirar en términos tan generales que, aunque son una molestia para turistas y viajeros/as, no parecen ser especialmente efectivos.

Coronas. Ver Kronen.

Corrección política
Chip que algunos/as europeos/as traen incorporado y que habilita cierto trato cortés aunque no siempre sincero. Aquí tiene su cambio, muchas gracias, buenas tardes, le deseo que tenga un buen día es la frase de cabecera de los/as cajeros/as de supermercado. Si es viernes, entonces es un buen fin de semana lo que desean, y si es después del mediodía, entonces una buena tarde. En el caso suizo el chip de corrección política suele llegar a niveles insospechados. Para nuestra sorpresa, la notable excepción es Francia (especialmente París) tanto más sorpresiva por haber sido –en teoría- el francés la lengua de la diplomacia y la cortesía. No es que quiera recibir frases amables todo el día, pero hacer la cola del supermercado, pagar e irme y que lo único que me hayan dicho sea un número es demasiado (¡o demasiado poco!). Que ni siquiera te respondan al bonjour de rigor, es casi inimaginable de este lado del Rhin.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que, como consumidores especializados en carne vacuna, eso de desconocer el nombre del corte que se va a comprar es de lo más desconcertante.
Alguna vez me contaron de algún lugar (fue hace mucho tiempo y el cuento viene perdiendo detalles), por ejemplo: Europa, o Centroamérica, adonde la carne se vendía bajo el título genérico "carne", y podía ser cualquier parte del animal, sin distinciones. Lo escuché con suspicacia, porque todo, todo tiene nombre y toda costumbre que apela a tal extremo de simplificación siempre me suena inventada. Pero, a esta altura: ¿quién sabe? No pasa nada similar por allí por donde andan ustedes, ¿cierto?

Nicolás dijo...

Y... más o menos... "carne para goulasch" o "carne para guiso" son términos más de destino que de origen. Así que a veces te hacés una idea de dónde puede venir pero más allá de ciertos cortes como bife de lomo (que sale cerca de 30 euros el kilo), una (gran) parte del resto es, más o menos, un misterio.