sábado, 26 de agosto de 2017

El departamento de Plauen: impuestos y servicios

Si de impuestos y servicios se trata, al menos en Dresden, hay básicamente tres grandes familias de servicios que hay que pagar. Bueno, cuatro, si contamos el alquiler. Están el alquiler, los gastos compartidos, la corriente/agua y el impuesto a la televisión. Los cuatro son gastos fijos. El alquiler es el más obvio y no necesita ser explicado. Es el que conocés de entrada. Después vienen los gastos compartidos. Son los gastos comunes a todo el edificio. De acá sale la plata para iluminación común, el Hausmeister (que es una especie de portero que viene cada tanto, limpia y repara cosas) y la calefacción. Y se paga directamente a la empresa que administra el edificio (que no es necesariamente la misma que te lo alquiló). Quizás uno de los más extraños sea para nosotros el impuesto de la televisión. No importa si tenés o no tenés tele. Los medios públicos en Alemania se consideran como servicios que cumplen una función social y, de algún modo hay que financiarlos. Así que hay un impuesto mensual destinado a eso que todos los hogares tienen que pagar. Por último pero no por eso menos importante está la corriente. Se trata de la electricidad y el agua. Al igual que los otros es un gasto fijo.

¿Cómo? ¿no hay medidores? Por supuesto que los hay. Y entonces ¿para qué los tenemos si después pagamos un costo fijo? Porque es Alemania y las cosas fáciles también se pueden hacen del modo complicado. En lugar de decirte mes a mes cuánto gastás y cuando tenés que pagar, los departamentos tienen una suerte de número fijo a pagar de agua/electricidad en función de los metros cuadrados, la cantidad de habitaciones y ciertos cálculos maquiavélicos que desconocemos. Luego, al finalizar el año hay un control de medidores. Con esas lecturas de medidor en mano, la empresa decide si lo que pagaste a lo largo del año cubre lo que consumiste, si tenés que pagar un plus extra o si, por el contrario, tienen que devolverte plata. De más está decir que nosotros estamos en este último grupo

Lo cierto es que para ser Alemania la (supuesta) cuna de la eficiencia, el método es bastante precario. Esperar a fin de año para saber si tenés que poner plata extra o si, por el contrario, te cuidaste de más y van a devolverte algunos euros… ¡por favor! ¡nadie puede hacer un control mensual de medidores! Se ve que no y que nadie se sorprende por este tipo de funcionamiento que para nosotros parece tan especial.

Supongo que una de las razones por las que el sistema no podría funcionar con chequeos mensuales de los medidores, por lo menos con los de agua caliente, es que los medidores de los radiadores están dentro de las casas. Es más, no sólo están dentro de las casas sino que cada radiador tiene el suyo propio. Eso implicaría que una vez al mes tendría que venir alguien de la empresa a ver los medidores de cada casa. Sí, ya sé, tampoco es algo que parezca tan complicado.

En general vienen a ver los medidores de los calefactores una vez al año. Luego, también es posible que vengan a una o dos veces más a chequear que los medidores funcionan bien. Parece que como el chequeo de los medidores está tercerizado, también hay controles para saber que la empresa hace bien su trabajo. De nuevo, pagarle a alguien para chequear que el que chequearhace bien su trabajo parece demasiado intrincado. Pero, como dije, esto es Alemania. Y si las empresas tercerizan la comprobación de los medidores, otro tanto ocurre con el control de las empresas tercerizadas.

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