Si de impuestos y servicios se trata, al menos en Dresden, hay básicamente tres grandes
familias de servicios que hay que pagar. Bueno, cuatro, si contamos
el alquiler. Están el alquiler, los gastos compartidos, la
corriente/agua y el impuesto a la televisión. Los cuatro son gastos
fijos. El alquiler es el más obvio y no necesita ser explicado. Es
el que conocés de entrada. Después vienen los gastos compartidos.
Son los gastos comunes a todo el edificio. De acá sale la plata para
iluminación común, el Hausmeister (que es una especie de portero
que viene cada tanto, limpia y repara cosas) y la calefacción. Y se
paga directamente a la empresa que administra el edificio (que no es
necesariamente la misma que te lo alquiló). Quizás uno de los más
extraños sea para nosotros el impuesto de la televisión. No importa
si tenés o no tenés tele. Los medios públicos en Alemania se
consideran como servicios que cumplen una función social y, de algún
modo hay que financiarlos. Así que hay un impuesto mensual destinado
a eso que todos los hogares tienen que pagar. Por último pero no por
eso menos importante está la corriente.
Se trata de la electricidad y el agua. Al igual que los otros es un
gasto fijo.
¿Cómo?
¿no hay medidores? Por supuesto que los hay. Y entonces ¿para qué
los tenemos si después pagamos un costo fijo? Porque es Alemania y
las cosas fáciles también se pueden hacen del modo complicado. En
lugar de decirte mes a mes cuánto gastás y cuando tenés que pagar,
los departamentos tienen una suerte de número fijo a pagar de
agua/electricidad en función de los metros cuadrados, la cantidad de
habitaciones y ciertos cálculos maquiavélicos que desconocemos.
Luego, al finalizar el año hay un control de medidores. Con esas
lecturas de medidor en mano, la empresa decide si lo que pagaste a lo
largo del año cubre lo que consumiste, si tenés que pagar un plus
extra o si, por el contrario, tienen que devolverte plata. De más
está decir que nosotros estamos en este último grupo
Lo
cierto es que para ser Alemania la (supuesta) cuna de la eficiencia,
el método es bastante precario. Esperar a fin de año para saber si
tenés que poner plata extra o si, por el contrario, te cuidaste de
más y van a devolverte algunos euros… ¡por favor! ¡nadie puede
hacer un control mensual de medidores! Se ve que no y que nadie se
sorprende por este tipo de funcionamiento que para nosotros parece
tan especial.
Supongo
que una de las razones por las que el sistema no podría funcionar
con chequeos mensuales de los medidores, por lo menos con los de agua
caliente, es que los medidores de los radiadores están dentro de las
casas. Es más, no sólo están dentro de las casas sino que cada
radiador tiene el suyo propio. Eso implicaría que una vez al mes
tendría que venir alguien de la empresa a ver los medidores de cada
casa. Sí, ya sé, tampoco es algo que parezca tan complicado.
En
general vienen a ver los medidores de los calefactores una vez al
año. Luego, también es posible que vengan a una o dos veces más a
chequear que los medidores funcionan bien. Parece que como el chequeo
de los medidores está tercerizado, también hay controles para saber
que la empresa hace bien su trabajo. De nuevo, pagarle a alguien para
chequear que el que chequearhace bien su trabajo parece demasiado
intrincado. Pero, como dije, esto es Alemania. Y si las empresas
tercerizan la comprobación de los medidores, otro tanto ocurre con
el control de las empresas tercerizadas.
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