Por
curioso que parezca, la primera mención histórica de Madrid nos
llega desde la época árabe. De hecho, la mencionada no es Madrid
sino su antecesora mora, Magerit. Magerit nació como castillo alrededor del año
ochocientos para proteger la frontera norte de la que era en la época
la ciudad importante de la región, Toledo.
¿De
qué (o quién) había que proteger a Toledo? Principalmente, del reino de Castilla (en menor medida, también de León), que estaba en pleno proceso de (comillas, comillas, comillas) "Reconquista". La Reconquista es el nombre que se dio a las campañas militares que
lanzaron los reinos del norte de la península para ocupar los
territorios que habían formado parte del reino visigodo y que los
árabes habían ocupado algunos siglos antes. Puesto que ya no
existía un reino visigodo, aquello más que una reconquista era una
conquista a secas, pero para los reinos de Castilla, Portugal o León
ellos eran los legítimos herederos de los visigodos porque, sobre
todo, eran cristianos.
En
el 932 el rey de León entró finalmente en Magerit aunque la
historia estaba lejos de acabarse ya que pasó de manos de leoneses
de nuevo a las de los árabes y, finalmente, a las de los castellanos
poco después del año 1000. En el interín la ciudad fue incendiada
y su castillo destruido en más de una oportunidad, desdibujando así
una parte del legado musulmán de Madrid que es hoy en día casi inexistente.
Doscientos
cincuenta años después, ya asegurada la región bajo el dominio de
Castilla los reyes empezaron a hacerse visitantes asiduos de la
región y decidieron que fuera uno de las tantas sedes de la corte.
¿Qué llevaba a los reyes de Castilla este pueblito semi olvidado?
Por raro que suene, la caza. Aparentemente había buena caza de
cerdos salvajes y de osos. De ahí a la incorporación del oso al
escudo de la ciudad hay un solo paso. Aunque claro, en más de
quinientos años nadie ha visto un oso en toda Madrid.
A
partir del siglo XIV la Corte comienza a establecerse con más
frecuencia y por mayor tiempo en la ciudad. Más allá de la caza, su ubicación central respecto de Castilla primero y España después
contribuyó a reforzar su posición como sede de la corte.
Arriba y abajo a la derecha, la Plaza Mayor de Madrid, uno de los antiguos puntos neurálgicos de la ciudad y en la actualidad, epicentro de turistas y vendedores de souvenires. |
En
1561 Felipe II decidió instalar la corte en Madrid de modo
definitivo. Pronto el pueblo creció más allá de sus murallas y se
hizo necesario llevar adelante nuevas obras. Con todo, cuando los
Borbones llegaron al trono español, no pudieron evitar ver en Madrid
un pueblo oscuro, mal ventilado, lleno de callejones y demás
horrores indignos de un descendiente de Luis XIV, nacido y criado en
Versalles.
Arriba a la izquierda, una parte del Palacio Real de los Borbones, a la derecha, la catedral de la Almudena, principal iglesia de Madrid.
Así
que hicieron lo que los monarcas franceses mejor sabían hacer.
Edificaron un nuevo castillo, el actual Palacio Real (aunque en él
no viven actualmente los reyes).
Arriba, el patio de honor del Palacio Real. Abajo, vista global de la catedral.
Bueno, y ya que estaban, ¿por qué
detenerse ahí? Edificaron otro palacio de descanso en el Prado,
donde actualmente funciona el Museo de Pintura y Escultura.
El Palacio del Prado. Originalmente se encontraba en las afueras de la ciudad, aunque hoy diríamos que es casi pleno centro. En el Museo del Prado se conservan buena parte de las obras del siglo de Oro español. Como nota al pie, es posible entrar gratis todos los dìas durante las últimas dos horas del horario de visita.
3 comentarios:
¿Quedan osos en Europa? Mi primer pensamiento es que sí, deben quedar osos en alguna parte ... ¿Sabés si es así?
En Europa del Este hay muchos! Se supone que hay algunos en los Alpes italianos y en Suiza también.
¡Gracias por el dato La!No tenía ni idea...
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