Previously, on Gdansk. Los polacos fundan la ciudad, lo alemanes se intalan en ellos, los duques le venden la ciudad a el elector de Brandenburgo, después se la devuelven a los polacos, los daneses se la birlan, los caballeros teutónicos se la sacan y se la devuelven (billete mediante) al rey de Polonia, pero al tiempo se lo piensan mejor y la ocupan, pero esta vez para quedársela. Pero no por mucho porque los polacos se unen a los lituanos y recuperan por enésima vez.
Llegamos así a finales del renacimiento, cuando -por
primera vez en su historia- Gdansk pasó más de trescientos años en
el mismo país. Digamos que se trata de todo un récord para la región. Muy a pesar de lo
que se pueda imaginar, en esa época no resultó especialmente
complicado que en la ciudad convivieran todos los grupos bajo la
corona polaca e incluso buena parte de los germanoparlantes se
convirtieron a luteranismo durante la reforma protestante sin mayores problemas.
Arriba, la puerta dorada vista desde la ciudad vieja. Abajo, la armería holandesa
Claro que, desafortunadamente para Polonia, las cosas estaban a punto de ponerse feas. ¿Por qué? Porque pronto habría de comenzar una seguidilla de hechos bochornosos que iban a implicar en un tole-tole de proporciones épicas al reino de Polonia-Lituania, Rusia, Prusia, Austria y andá-a-saber-quién-más.
Arriba, parte del puerte viejo y la puerta verde. Abajo, el edificio del mercado
Al final, Gdansk quedó del lado prusiano cuando
Austria, Prusia y Rusia decidieron dejar sus diferencias de lado (por
cinco años nomás) para hacerle la guerra a Polonia, repartirse su
territorio y después volver a sus eternas peleas. Gdánsk volvió a
ser Danzig. En realidad nunca había dejado de serlo; los
germanoparlantes se referían a la ciudad como Danzig, los polacos
Gdánsk, los cachubas... en fin, se entiende.
Al
igual que el resto de Prusia, Danzig terminó integrándose en el
imperio alemán cuando Bismarck se salió con la suya y logró
concretar el proyecto de unificación alemana con hegemonía
prusiana. Esto contribuyó a que la ciudad tuviera un perfil alemán
cada vez mayor. Esto fue un problema cuando luego de la primera
guerra mundial se decidió resucitar el estado polaco. ¿Por qué?
Porque los polacos querían/necesitaban una salida al mar báltico,
función que le quedaba perfecta a Danzig, con el único detalle de
que los polacos eran una minoría en la ciudad. Solución: hacer que
Danzig fuera una ciudad libre, una suerte de entelequia que para
ciertos asuntos la colocaba en la órbita polaca (relaciones
internacionales, administración del puerto) pero para otros era casi
como un estado independiente (palabra clave:casi). Podría decirse
que era una solución que no dejaba contento/a a nadie. Los/as
alamenes/as sentían que les habían arrebatado la ciudad. Los/as polacos/as pensaban que merecían control absoluto del puerto,
la ciudad y la región. O sea, nadie contento. En este polvorín a punto de explotar, el
único ingrediente que faltaba era Hitler, que usó la cuestión de
Danzig para agitar la bandera del nacionalismo y reclamar la anexión
de Danzig a Alemania. Una bomba de tiempo que terminó desencadenando
la segunda guerra mundial.
La
ciudad fue liberada por el ejército soviético y tras los nuevos
corrimientos y reordenamientos de fronteras quedó -definitiva y
claramente- en el lado polaco. Digamos, en el medio de la costa norte
de la Polonia contemporánea. Para evitar futuros problemas se evacuó
a la población germanoparlante (como en el resto de Europa
oriental). Ya, no quedaron alemanes/as en Gdansk y nadie podría jamás volver a reclamar que por su población la ciudad tendría que oncorporarse a tal o cual estado.
Desde
etonces Gdansk es el primer puerto de Polonia, una de sus mayores
ciudades y la cuna del sindicato Solidaridad, que nació en el ceno de los astillerosde la ciudad.
3 comentarios:
Pobres los chicos de Gdansk cuando tienen que aprenderse la historia de su ciudad...
Yo no descartaría que el gobierno actual haya realizado algunas simplificaciones históricas aquí y allá. Digamos que últimamente tienen una ligera tendencia al revisionismo...
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