jueves, 6 de octubre de 2016

Manual básico de supervivencia turística

LETRA A

Abono
En buena parte de las ciudades europeas, al menos las del mundo al norte de los Alpes, el sistema de transporte de cada ciudad está integrado. Realmente integrado. Con un abono semanal, mensual o anual se tiene vía libre para usar -dentro del período en cuestión- cualquier medio de transporte de la ciudad la cantidad de veces que se quiera. Los abonos, es cierto, son caros, pero si se tiene certeza de que se utilizará alguno de los medios involucrados (usualmente tren, subte, tranvía y colectivos, a veces también ferry) más de tres veces por día, pues entonces convienen enormemente. Para niños, jubilados, estudiantes y familias suele haber opciones especiales. Lamentablemente muchos abonos son adquiridos a través de procedimientos maquiavélicos en máquinas diabólicas operadas por seres malvados. Puede requerir tiempo y energía descubrir cuál es el mejor abono pero, usualmente, bien vale la pena.

Albergues
Dícese de un establecimiento hotelero dónde se comparte habitación (y baño) con otras personas, normalmente también con acceso a cocina u otras facilidades. Es, básicamente, el origen de los hostels que pululan aquí y allá. Un auténtico albergue debería contar con cocina y acceso a la misma. Suelen ser una de las opciones más baratas de alojamiento. Suelen ser una buena opción para quienes, además de ahorrar, buscan conocer a otra gente. Para fomentar la sociabilidad de sus huéspedes (y ganar algunos euros extra) muchos suelen contar con bares.
Albergues cristianos
Variante de albergue en la que, básicamente, no se jode. Léase, hay horas muy claras en las que no está permitido hacer ruido, no hay bar (o no venden bebidas alcohólicas), no está permitido ingresar bebidas alcohólicas y a determinada hora se cierra la puerta de acceso y ya, quien quedó fuera, fuera quedará hasta el horario de apertura a la mañana siguiente. Pueden estar adornados con bibliotecas llenas de Biblias y libros religiosos y frases cristianas pintadas en las paredes.
Albergues de la juventud / juveniles
En Alemania y Austria son un tipo especial de albergue, en su mayoría funcionan en edificios inmensos de los años setenta u ochenta, con grandes comedores en los que se desayuna excelentemente bien y variado y donde por la tarde se puede cenar por poco dinero. Muchos fueron pensados para fomentar el turismo joven de finales del milenio pasado. A pesar de su nombre, en la actualidad un tercio de sus huéspedes han dejado de formar parte de esa vaga franja etaria que se denomina juventud mientras que otros, claramente, aún no han llegado a la misma.

Alpes
Los Alpes son unas montañas, es cierto. Pero son más. Marcan una frontera endeble entre dos mundos. Al norte de los Alpes y al sur de los Alpes son dos conceptos territoriales que aparecen una y otra vez. Y no sólo en las charlas sino también en museos y guías. Esta es la cúpula de piedra más grande al norte de los Alpes, aquella fue la ciudad más grande al norte de los Alpes, la gente cena más tarde al sur de los Alpes. Más que países pareciera separar esferas culturales.

Ámsterdam
La capital de Holanda suele ser descrita como el paraíso de los canales, las bicicletas, la marihuana legal y la zona roja. No hay que dejarse engañar. Sí, es la capital de Holanda pero ninguna de las autoridades del país reside ni trabaja allí. Y no, NO es el paraíso de las bicicletas, es el infierno de los peatones. Con calles surcadas por bicicletas que andan a la velocidad de la luz por todos lados y tienen prioridad absoluta por sobre cualquier otra cosa. ¿Tenés semáforo verde? No importa, si la bicicleta quiere pasar (y el cruce en cuestión carece de semáforo para bicicletas) cuidate, porque lo más posible es que termines con un manubrio incrustado en la cintura. Ante la duda, mejor mirar para todas las direcciones y cerciorarse que no viene ninguna bicicleta a velocidades siderales de ninguna dirección.

Andamios
¿Viste que este edificio tiene quinientos años? ¿Y aquél ochocientos? Se ve que antes hacían las construcciones un poco mejor. Pero con la buena albañilería solamente no alcanza. Buena parte del patrimonio arquitectónico europeo está sujeto a constantes obras de mantenimiento. Como resultado muchos edificios se ven perfectos y otros se ven detrás de los andamios. Y siempre hay alguno en obra. Si no es el palacio de aquí es la catedral de allá o justo ése lugar que querías visitar. No hay ciudad en la que no se esté haciendo alguna renovación, así que respirá hondo y hacete a la idea de que alguna de las maravillas que querés ver va a estar en plena cirugía.

Aperol
La última gran incorporación a los hábitos alimenticios de buena parte de los/as europeos/as. En primavera o verano, Aperol, una rodaja de naranja (opcional), tónica y/o prosecco y ya. Cuando el calor se siente, en bares y terrazas las copas llenas de hielo y de la mezcla bebible anaranjada se hacen omnipresentes. 

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