Cuenta la leyenda, que a finales
del milenio pasado alguien se preguntó qué podría hacerse con algunas de las
paredes que, por falta de mantenimiento, afeaban la ciudad. El mismo dilema
aplicaba a muros de edificios demolidos o a antiguas paredes internas que, por
razones de rediseño urbano, habían quedado expuestas. En 1991 alguien dio con
una respuesta medianamente potable: pintar murales. Pero… ¿qué tipo de murales?
Cómics. La ciudad de Bruselas -y
Bélgica en general- es la cuna de una larga serie de historietas, dentro de las
que destacan Tintín, Los Pitufos y Lucky Luke. Tal es así que en la ciudad se
encuentra el museo del cómic, donde
también hay lugar para otras glorias de la historieta en lengua francesa, como
Ásterix y Obelix.
Entre el Museo del Cómic y los
murales que se encuentran en buena parte de los barrios más antiguos se formó
algo que se dio en llamar la ruta del cómic,
un nombre por demás autoexplicativo.
3 comentarios:
¡Qué interesante forma de arreglar paredes! Sobre todo porque pareciera que cada uno cuenta una historia, observarlos es leer. Ustedes lo sabrán mejor tan de cerca. Muy lindo. Y, al mismo tiempo, algo surrealista la combinación de los edificios con los dibujos.
Saludos
Como creativa, es sin lugar a dudas una estrategia creativa. Y sí, hay edificios que combinan muy bien con sus murales y otros que menos. Algunos más surreales y otros que parecen fusionarse más con el paisaje circundante... Por desgracia no pudimos encontrar el de los Pitufos.
Linda muestra de murales
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