lunes, 19 de junio de 2017

Año nuevo danés: Elsinor y el castillo de Kronborg

Aunque (casi) nadie lo sepa, tanto la ciudad de Elsinor como el castillo de Kronborg deben ser dos de los lugares más representados en el teatro. ¿Que por qué? Elemental, mi querido Watson, porque conforman el escenario en el un tal William Shakespeare decidió ubicar la acción de Hamlet. Claro que no se sabe a ciencia cierta si Shakespeare estuvo aquí o no ni por qué eligió este castillo. Pero a esta altura a nadie parece preocuparle mucho el tema. Es el castillo de Hamlet y ya.
Por supuesto que la familia real danesa no lo construyó para que Shakespeare pudiera ambientar Hamlet. Ante todo el castillo tuvo dos finalidades, ser residencia una real y, sobre todo, tener presencia militar efectiva en el lugar.
Dinamarca exigía el pago de un peaje a quienes quisieran ingresar (o salir) del mar Báltico. Siendo que no había para la época muchas opciones, los barcos que iban (o venían) del mar del Norte al Báltico se enfrentaban a una clara disyuntiva. O pagaban o trataban de burlar los controles. Parece que como esta segunda opción fue bastante frecuente, el rey de Dinamarca decidió en 1420 construir este castillo desde el que se controla toda el área ya que se alcanza a ver la costa de Suecia (que para aquella época también era de Dinamarca) y los barcos quedan al alcance de unos cañoncitos que invitaban amablemente al pago del peaje o, en caso negativo, al ataque y previsible hundimiento, de las naves.
Cien años después Kronborg fue remodelado en el estilo renacentista del Báltico (acá hay nombre para todo) y ampliado hasta convertirse en la mayor fortaleza de la época. Lamentablemente, como todo parece ser relativamente cíclico, otros cien años después buena parte de la fortaleza ardió en un incendio.
Junto al castillo se encuentra el puerto, desde donde es posible cruzar en ferry a Suecia 
La fortaleza se reconstruyó rápidamente debido a su función militar pero los interiores del palacio quedaron para después. El para después significó que año tras año aparecía otra cosa en qué gastar el dinero. Para desgracia de Kronborg ya había otra residencia que se había convertido en la predilecta de la familia real danesa. Al fin y al cabo, los reyes no necesitaban vivir en cada una de las fortalezas del reino, menos en una que para el siglo XVIII se había convertido en la primera línea de defensa frente a Suecia, que acababa de conquistar Malmö y alrededores, echando a los daneses de la península escandinava.
Junto a Kronborg se encuentra el pueblo de Elsinor, que parece salido de una de esas latas de galletitas danesas que en la década de los noventa estaban en (casi) todos los supermercados argentinos. Hablando de galletitas danesas y de sus latas, en ningún supermercado danés pudimos dar con nada que se le pareciera. Un misterio más.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, muy lindos lugares. ¿Ese castillo es enorme? Es la sensación que producen las fotos.

Nicolás dijo...

Sí, el castillo es enorme. En algún momento fue el castillo más grande de Escandinavia. O eso decían en los carteles informativos.

Anónimo dijo...

¿Al final las galletas danesas no son danesas?