Noviembre de 2015. Hostel de Berlín. Después de hacer
el check-in vamos a la que nuestra habitación. Cuando entramos conocemos al que
será uno de nuestros compañeros de cuarto; un italiano que habla hasta por los
codos valiéndose del italiano mezclado con palabras en español, inglés, alemán
y andá-a-saber qué más.
Se presenta e indaga cuánto puede acerca de nosotros,
no sin dejar de interrumpirnos cada medio minuto. Explica, mientras se levante
de la cama, que él es de Roma y que está en Berlín de vacaciones. Ma Berlín non é Italia. No, claro que
no. Non a storia qui. Non a edifici
romani, non a millenni y millenni di storia. Y, no. E questi tedeschi sono freddi. Sí, los alemanes son fríos. Y la pizza… questa non é vera pizza. La
pizza en Italia é una altra cosa. Here, i turcci fazen pizza, indios, turcos, chinos. Ma
non é pizza. I tedeschi non ho idea de cosa é una vera pizza. Comprende lo que digo? Capisce? Sí, sí. La pizza de Italia é una cosa spectaculare
ma questo, questo non é vera pizza.
Parece
que el muchacho hacía tiempo estaba esperando poder hacer terapia con alguien.
Nos cuenta que en la habitación también hay una rusa. Ma questa rusa é fredda… Fredda. Por algún delirante motivo toma
las preguntas de Diego sobre la rusa como un auténtico interés y aprovecha para
ponerle cara picarona y prometerle que le va a hacer gancho con la rusa. Igual
no quiere que Diego se haga falsas ilusiones con ella. Questa no rusa non é come noi. É fredda…
La
rusa, los alemanes, Italia, Roma, el tano habla de todo a una velocidad
imbatible y aunque no llegábamos a entenderle todo, lográbamos hacernos una
idea bastante aproximada de que no eran sus mejores vacaciones. I tedeschi son freddi comme questa rusa. Non
mi capiscen. No comme voi. No claro, ¿cómo iban a entenderle a este
italiano que habla italiano con una o dos palabras en español o alemán aquí y
allá? Es cierto que el tano es simpático, pero tampoco se pueden hacer milagros
a base de simpatía. Para entender alemán es, casi por definición, necesario
hablar algo del idioma.
Debo
reconocer que el hecho de que cada vez que mencionaba a la rusa le guiñara un
ojo a Diego y le dijera que él se la iba a presentar, que le dijera Dieco, Dieco… con cara de pícaro, fue uno
de los mejores momentos de la conversación. Sin embargo, por lo visto, lo mejor
estaba aún por venir. Mientras se terminaba de vestir (ya que los veinte
minutos anteriores había estado en calzones dando vueltas por todo el cuarto)
volvió a arremeter contra Berlín. Los edificios sin historia. La pizza mal
hecha. La frialdad de los alemanes. Questo
non é comme Italia. Italia é la storia viva. I romani, la chiesa, i
renacimiento, Julio César, Augusto, Alessandro Magno, la pizza, la pasta, la
storia…
¿¿Alejandro
Magno?? ¿En Roma? Ninguno atinó a nada. Roma tiene bastante historia como para
tener que robarse personajes históricos de otros lugares. ¿O nos habremos
perdido de algo y Alejandro Magno fue el primer romano de la historia?
2 comentarios:
Excelente, y los títulos siguen mejorando. Ya quisiera ver esta peli.
Saludos y sigo riéndome
Gracias! Nosotros también seguimos riéndonos cada vez que nos acordamos de la situación
Publicar un comentario