Si en el Palau Güell
ya aparecen las primeras chimeneas del estilo específicamente gaudiano con sus
recubrimientos de azulejos rotos, en muchos de sus edificios posteriores vemos
como Gaudí eleva el recurso a la enésima potencia.
En la casa Battló, ya
bastante posterior, volvemos a encontrar los intrincados recubrimientos de
trencadís, técnica a la que tuvo que acudir Gaudí por cuanto no podía recubrir
de otro modo estructuras curvas como las que él diseñaba.
Pero no sólo de
azulejos y cerámicos rotos vivía el hombre. También empezaba a jugar con las
formas y líneas curvas, siempre
combinando hierro forjado, ladrillo, concreto, madera, vidrio y cuanto material
se le cruzara.
Para la época las
opiniones estaban bastante divididas. Estaban quienes lo consideraban un genio
y quienes opinaban que sus obras eran más bien un mamarracho que afeaba la
ciudad.
Arriba, la iluminación interna de la Casa Batlo. En los pisos más altos las ventanas son más pequeñas y el recubrimiento de azulejos es más oscuro porque hay más luz natural. En los pisos inferiores la falta de luz se compensa con azulejos más claros y ventanas más grandes. Abajo, el altillo y lavadero.
De hecho fueron sus
detractores quieren le dieron el nombre popular de “La Pedrera” a otra de sus
casas, la Casa Millá. La Pedrera porque consideraban que más que un edificio
residencial parecía una serie de cuevas y cavernas, una auténtica montaña de
piedras y escombros.
Ubicada a unas cuadras
de la Casa Battló, fue otro de los grandes escándalos de la época. Pero no sólo
su estructura era novedosa. También los principios e ideas básicas que Gaudí
utilizó para su construcción.
Fue uno de los primeros edificios de departamentos que fue diseñado con calefacción central y en el que se pensó que la comunicación principal debía hacerse a través de ascensores y no de escaleras.
Fue uno de los primeros edificios de departamentos que fue diseñado con calefacción central y en el que se pensó que la comunicación principal debía hacerse a través de ascensores y no de escaleras.
La terraza es, nuevamente,
también protagonista. De hecho –y siempre según la leyenda de la audioguía-
Gaudí detestaba profundamente las terrazas y azoteas que parecen terminaciones
raquíticas de los edificios. Y se nota que buscó para sus edificios una
solución distintas, donde chimeneas, conductos de ventilación y hasta tanques
de agua se incorporasen al paisaje como elementos decorativos.
1 comentario:
Muy lindas formas y colores. Me encanta.
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