Primera parada de nuestra excusión al interior de la Moravia profunda: Telč. Si el nombre de este pueblo te suena hay sólo tres opciones. Número
uno; tu familia viene de este lugar. Dos; estuviste viajando por la
república Checa (Google maps ya acepta decir Chequia. Yo, sin embargo, aún me resisto) o tres; sos fanático/a de la UNESCO y leés siempre
cuáles son los últimos lugares que han sido declarados patrimonio histórico y
cultural de la humanidad.
¿Qué
nos trae a este pueblo fundado en el siglo XIII a la vera de una ruta
comercial? Básicamente los puntos dos y tres, aunque no somos
especialmente seguidores de las decisiones de la UNESCO.
Llegar a Telč puede ser a primera vista simple pero a la hora de planificar un viaje resulta mucho más difícil. Siempre podés contratar una excursión desde Praga o Brno pero no es precisamente nuestro estilo. Luego, podés tomar un bondi de la empresa Regio Jet (desde Brno), pero hay dos por día y los horarios quizás no te cierren. Sino podés ir en tren. Claro que para ir desde Brno (o casi cualquier otra ciudad) necesitás al menos combinar dos trenes. Como cerca de Brno están haciendo trabajo de renovación de vías puede que a mitad de camino tengas que bajar del tren y subirte a un bondi que te lleva a otro lugar donde tenés que volver a subirte otro tren. Pero si nosotros llegamos (y logramos ir al lugar al que queríamos) es señal de que se puede...
Volviendo a Telč, el
pueblo cuenta con tres grandes atractivos (hoy viene todo de a tres).
El castillo (establecido en el siglo XV y ampliado sucesivament
e a lo
lago de los siglos posteriores), la iglesia y la plaza principal.
Esta
última cuenta con una importante cantidad de edificios de viviendas
y comercios construidos entre el Renacimiento y el período barroco.
A
pesar de que la plaza fue declarada patrimonio histórico en 1992,
actualmente es casi-casi una playa de estacinamiento, situación que
cuenta la leyenda, origina uno de los más acalorados debates entre
los locales.
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