sábado, 23 de septiembre de 2017

Yapa de Munich: La residencia de los reyes (y duques)

La antigua corte del ducado de Baviera se encontraba en lo que era, para 1380, el centro de la ciudad. El palacio se había ampliado sucesivamente pero tenía un límite claro, los edificios que lo rodeaban. Pero la relativa falta de espacio no era el único problema que los duques de Baviera tenían. El castillo estaba en una situación escasamente defendible. Y en caso de tener que abandonar la ciudad de urgencia, la corte tendría que cruzar mil y un callejones. Para colmo parece que los muiqueses de la edad media eran especialmente revoltosos, y la familia ducal no se sentía del todo segura rodeada de tanto plebeyo.
Así nació la residencia de Munich, el palacio urbano de la ciudad. Contra todo pronóstico, al estar cerca delas murallas era más fácilmente defendible con artillería y, llegado el caso, también podía evacuarse con rapidez. Desde 1385 hasta el fin de la primera guerra mundial, la residencia sirvió de hogar para los duques primero y los reyes de Baviera después.
La sala de las antigüedades es una de las joyitas del palacio y se la considera como la sala renacentista más importante al norte de los Alpes.
Como tantos otros palacios, es una cebolla con capas de los más variados estilos, con habitaciones y alas donde se pasa del renacimiento italiano al barroco y del clásico al rococó.
¿Y si hay que decidir? ¿Imitamos a París o a Viena? ¿para qué decidir si se puede copiar a ambas cortes?
Así las cosas no es de extrañar que el palacio haya terminado siendo un laberinto de habitaciones, patios, pasillos y escaleras. De hecho tiene diez patios y más de ciento treinta habitaciones visitables. Así las cosas, es considerado como el palacio urbano más grande de Alemania, además de ser uno de los más lujosos. 
Como buen palacio que se precie de tal, la residencia de Munich cuenta además con dos capillas y un teatro. No vaya a ser cosa que los duques o los reyes tuvieran que andar cruzando la calle para ir a misa o ir caminando al teatro de la ciudad. ¿Para qué? Si todo puede tenerse en casita...
Y por supuesto, cada quien metió la cuchara, para que el palacio estuviera a la última moda. Y si en París se usa que Luis XIV de audiencias a la corte en su galería de arte mientras toma el té, pues no hay problema, se hace una galería de arte y que los duques de Baviera hagan los propio.
¿Ya no se usa tomar el té en la galería? No hay problema, alguien paseará por ella eventualmente y listo. ¿Ahora la moda es que la corte participe del despertar y el acostarse del rey? No hay problema, construimos apartamentos públicos para el rey.
Su majestad se siente invadido por esta tradición francesa y prefiera acostarse y levantarse en privado... Bueno, tampoco hay problema, los apartamentos públicos se usarán de vez y cuando y ya.

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