¡Que
tiemble Roma! ¿Rómulo fundó Roma? Pues Siena no se queda atrás.
Cuenta la leyenda que la ciudad fue fundada también por dos
hermanos, Asquio y Senio, hijos ellos de Remo. Aparentemente, luego
del duelo en el que Rómulo terminó hiriendo (y provocando la muerte
de Remo) sus hijos robaron la estatua de la loba amamantando a su
padre y a su tío y se dieron a la fuga para llegar a la Toscana
donde fundaron su propia ciudad. Claro que como imaginarán, no hay
ninguna evidencia histórica que sustente la hipótesis más allá de
cierta abundancia de esculturas de la loba amamantando a los hermanos
y el nombre romano del lugar, Sena Julia.
Aparentemente
ya en el período etrusco existió un asentamiento sobre las colinas
en las que descansa el centro de Siena. Se considera que el lugar fue
fundado en algún momento entre el año 900 y el 400 antes de Cristo
(margen de error de quinientos años, por las dudas) y poco más se
sabe a ciencia cierta.
Parece
que durante todo el período romano los habitantes de Sena Iulia
aprovecharon para dormir la siesta. El pueblo pasó siglos
relativamente estancado ya que se encontraba un poco alejado de las
principales vías y calzadas romanas.
La
oportunidad de sacudirse la modorra le llegó, paradójicamente, con
las invasiones de pueblos germánicos que acabaron con el imperio
romano (en su variante occidental). Como resultado del porrazo
caida del imperio, los lombardos se establecieron en la región y con
los años tuvieron que hacer frente a los bizantinos, que se habían
embarcado (literal y figuradamente) en la ardua tarea de reconquistar
la península. Como las antiguas rutas romanas estaban cerca de la
costa (y eran por tanto propensas a ataques de los bizantinos) los
lombardos tuvieron que establecer una red de caminos que comunicaran
Italia pero que se encontraran a una distancia prudencial del mar.
Voilá, la nueva ruta que unía el norte de Italia con Roma pasó
justo por Siena y no sólo puso al pueblo en el mapa sino que
inauguró (para las familias ricas, se entiende) una era de rápido
enriquecimiento producto del comercio que comenzó a florecer.
En
el 774 entra en acción un viejo conocido: Carlomagno, que derrotó a
los lombardos y anexionó sus territorios. Buena parte de la actual
Toscana fue convertida en un señorío feudal, la marca de Tuscia.
Por
cuatrocientos años parece que la marca se mantuvo unida y Siena
continuó prosperando. Pero en el siglo XII las cosas estaban por
cambiar. Tras la muerte de la última condesa Tuscia se deshizo y en
su lugar aparecieron unas cuantas entidades relativamente
independientes. Siena se tranformó en una ciudad-estado
independiente bajo el rimbombante nombre de República de Siena.
La
Siena de hoy en día tiene bastante más que ver con la República de
Siena que con la tradición romana o Etrusca. En el siglo XIII se
terminó buena parte de la catedral y por la misma época se realizó
el trazado del centro del pueblo. También se construyeron varios
edificios de la Piazza del Campo, que constituye la postal típica de
la ciudad. A pesar de su poco urbano nombre, se trata de la plaza
principal de la ciudad. También del siglo XIII es la Universidad, lo
que la convierte en una de las más antiguas de Italia y del mundo.
La
plaza está dominada por el campanile, la torre campanario de la
municipalidad, además de unos cuantos palazzos construidos por las
familias adineradas para ostentar un poco y dotarlas de residencias
que dejaran en claro quién-era-quién en el lugar.
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