A finales de
la edad media Nürnberg se había convertido en un lugar de paso y comunicación
importante. Vinculaba el mundo holandés y los puertos del Mar del Norte y el
Báltico con Venecia y Lombardía. Por eso ya desde el siglo XIV se empezaron a
producir instrumentos científicos y de navegación, incluyendo los primeros globos
terráqueos y relojes de bolsillo. Un detalle no menor del primer globo
terráqueo es que no incluía América, que aún no había visto llegar a Don
Cristóbal, pero era un globo al fin. O, mejor dicho, una manzana. ¿Qué lo qué?
Es que en alemán lo llamaron Erdapfel, o
sea “manzana terrestre”.
Como después de
1520 la ciudad se convirtió al luteranismo, los emperadores –que siguieron
siendo en su mayoría de la familia Habsburgo (austriacos y católicos a más no
poder)- dejaron de visitarla tan asiduamente. Siguió siendo una ciudad libre imperial y todo pero,
simplemente, los emperadores fueron espaciando cada vez más sus visitas.
Recién en 1806, cuando Napoleón dictaminó el “no va más” del
Sacro Imperio (léase invadió, derrotó a los austriacos -solos o combinados con los prusianos- y ocupó regiones aquí y
allá), Nürnberg dejó de ser una “ciudad libre imperial” y pasó a formar parte
de Baviera. Al parecer, los duques de Baviera, cansados ya de jugar en la
segunda división germana se aliaron -al igual que Sajonia- a Napoleón. A cambio
de su apoyo, Baviera se transformó en reino y con ayuda francesa se fue
fagocitando a ducados, condados, ciudades libres y otras entelequias
administrativas que los ejércitos napoleónicos iban conquistando.
Entre mediados y
finales del siglo XIX –en pleno romanticismo- surgió en la ciudad el
Germanisches Museum, dedicado a la cultura germana (es decir, de los pueblos
que hablan lenguas germánicas o pertenecieron al imperio; austríacos, suizos y
holandeses incluidos). El museo se encuentra cerca de la muralla medieval en lo
que había sido un convento. Luego de la guerra se construyó el edificio moderno
que se comunica con la parte más antigua. Hay, básicamente, de todo un poco. Pintura,
grabado, escultura, muebles, historia de la ropa, armas, inventos y las mil y
una chuchería.
Como durante la
edad media y la edad moderna había sido un centro cultural y ciudad imperial,
Hitler decidió que la ciudad fuese sede de los congresos del Partido Nazi. De
este modo trataba de reeditar la idea de las dietas imperiales. Por eso en Nürmberg el régimen nazi construyó un
engendro que simula ser una especie de Coliseo ampliado que debía servir como sede para los Congresos del Partido
Nazi. Sin embargo, a causa de la guerra el edificio nunca fue terminado. Hoy
alberga un centro de documentación y una exposición permanente sobre los
orígenes del antijudaísmo en Alemania, la fundación del partido nazi, el
ascenso de Hitler al poder, los crímenes contra los judíos y las persecuciones
a comunistas, socialdemócratas, demócratas y cualquier otra persona que pensase
un poquito diferente.
Precisamente por el rol que había tenido como sede
de los congresos del nazismo, cuando terminó la guerra se decidió que fuera
Nürnberg el lugar donde se juzgara los crímenes de guerra. Entre 1945 y 1946 la Sala 600 del Palacio de Justicia fue el lugar
donde se llevaron a cabo los Juicios de Nürnberg. Allí se juzgó inicialmente
a funcionarios del partido y del gobierno nazi. Posteriormente se juzgó a
médicos, jueces e industriales que apoyaron la política de los nazis.
Y si no nos apuramos un poco no vamos a llegar a tiempo a Bamberg, que es nuestra segunda parada de la vuelta...
2 comentarios:
Impresionante lugar. Históricamente y arquitectónicamente. No entiendo nada de estilos, pero desde ya que esos edificios son impresionantes.
Jajajaja, bueno, nosotros tampoco entendemos nada. En general nos paramos frente a un edificio y nos preguntamos ¿vos qué decís? ¿románico tardío? ¿gótico temprano? Y bueno, a veces la información disponible nos va ayudando a decidir o a aprender un poco más...
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