Budapest nació oficialmente el 17 de noviembre de 1873 cuando se
fusionaron legalmente las ciudades de Buda, Óbuda y Pest. ¿Qué por qué se llama
Budapest y no Óbudapest o Pestóbuda? Pues tanto no sé. Al parecer Buda y Pest
eran las dos ciudades más grandes y alguien habrá pensado que el pequeño pueblo
de Óbuda no se merecía entrar en el nombre de la ciudad. ¿Qué por qué Óbuda se
llama así estando al lado de Buda? Pues eso sí. Significa algo así como antigua Buda. ¿Qué si entonces Ó significa “vieja o antigua”?
Nuevamente, ni idea.
Dejando los nombres de lado, la historia de Budapest va mucho
más atrás en el tiempo. Comienza allá lejos con Aquincum, una ciudad romana
fundada sobre un área colonizada inicialmente por los celtas. Por lo visto el
imaginario popular que ubica a los celtas en Irlanda, Escocia y Francia resulta
bastante acotado, histórica y geográficamente. De Islandia a Polonia, de España
a Hungría y Eslovaquia, en todos lados parecen haber estado los celtas. Y en
gran parte, desplazados, corridos, conquistados o asimilados. No por los borg, obviamente sino por los romanos y
más tarde por germanos, eslavos y otras tribus que en su momento pulularon por
aquí.
En fin, la ciudad romana de Anquincum fue un centro militar con
una función defensiva importante; asegurar que los bárbaros (¡horror!) no
cruzaran el Danubio y se internaran en el territorio romano. Más o menos como
la Vindabona desde la que surgió la Viena moderna. Como ciudad romana, la
ciudad contó con dos anfiteatros, mercado, foro y villas con calefacción
central, además de baños públicos. De hecho, este no fue un tema menor. Los
baños públicos romanos aprovecharon las aguas termales de la región y esa fue
una de las razones por las que se eligió el lugar para fundar la ciudad.
Anquincum –ciudad que estaba más o menos ubicada en donde ahora
está el barrio de Óbuda- propseró y para el año 100 ya era la capital de la
Baja Panonia, nombre con el que se conocía a la región. Pero como dijo Fabiana
Cantilo en su día, nada es para siempre.
Para el siglo IX el panorama ya pintaba un poco diferente. Con
el imperio romano de occidente ya extinto aparecieron nuevos actores en la
región. Después de los germanos aparecieron los magiares, algo así como la
semilla de la que surgirían los húngaros. Ya sé que un nacionalista me
acogotaría por decir semejante cosa. Para muchos no caben dudas de que los
húngaros modernos son los descendientes directísimos de los mismísimos magiares
aggiornados. No digo que no tengan nada que ver pero, de un magiar del siglo IX
a un húngaro del XXI hay un salto tan grande como de Asterix a Francois
Hollande.
Esquivando la discusión sobre la pretención nacionalista,
digamos que los magiares establecieron su principal campamento más o menos
cerca de las ruinas saqueadas de Anquincum. Digo campamento porque poco de
aquello podría ser hoy catalogado como ciudad. Si aquello ya era poco, después
de la invasión tártara del siglo XIII, quedó menos aún. Pero como de todas las
experiencias siempre se puede aprender algo, los magiares se dieron cuenta de que,
si querían asegurarse el dominio de la región, tenían que establecer una serie
de bastiones que fueran fácilmente defendibles. Así que el centro de poder se
mudó unos pasitos nada más, donde –aprovechando la colina de Buda- se construyó
el castillo y nació la ciudad amurallada. Para 1361 Buda fue, oficialmente,
designada capital del reino de Hungría.
La iglesia de San Matías, el bastión de los pescadores y parte
de la ciudad de Buda son algunos de los testigos de aquella época, aunque hayan
sido sucesivamente remozados.
Iglesia de San Matías |
El otro que fue innumerables veces aggiornado fue el castillo, cuyas murallas y torres recuerdan un
poco más su función menos protocolar y contrastan con el resto del conjunto,
que fue sucesivamente modernizado.
Por algún tiempo el reino prosperó y en 1395 se fundó la
Universidad de Óbuda. Menos de cien años después se imprimió en Buda el primer
libro en húngaro y para el año 1500 la capital alcanzó los 5.000 habitantes. Sí, ya sé, es menos que Dina
Huapi. Pero para la Hungría de la época fue todo un hito.
Subiendo a la ciudadela de Buda. Al otro lado del Danubio, el parlamento húngaro. |
En 1526 entraron en acción unos viejos conocidos de la región, los turcos otomanos. Primero saquearon
la ciudad, luego volvieron a sitiarla y en el año 1541 la tomaron. La tomaron y
la ocuparon por más de 140 años, así que –mal que les pese a los nacionalistas
húngaros- algún legado dejaron a su paso. Entre ellos una larga serie de baños
termales, algunos de los cuales funcionan aún hoy (Baños Rudas y Király)
Pero no todos los territorios de la Corona de San Esteban (como
se conocía a las tierras que formaban parte del reino de Hungría) fueron
conquistadas por los otomanos. El norte y el oeste del país (que en esa época
se encontraba unido al reino de Bohemia) se salvaron de la ocupación. Lo mismo ocurrió con Transilvania, dónde se replegaron varios nobles húngaros. Desde allí se impulsó la unión con Austria,
que pronto comenzó a fagocitar cuanto territorio pudieran quitarle a los
turcos. Eso, claro está, después de haber logrado resistir los tres sitios a
los que Viena estuvo sometida.
1 comentario:
Romanos, celtas, turcos otomanos y todos los demás ... Creo que no faltó nadie en la historia de Budapest. Interesante que el nombre sea una suma de otros nombres, es decir, hubo un acuerdo para ser una ciudad más grande. Me gustó
Saludos
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