Definitivamente, cuando regresemos a Bariloche vamos a tener que comprarnos una azalea de exteriores. Y un rododendro. Bueno, quizás, ya que estamos, más tarde encarguemos un par más. Pero por algún lugar hay que empezar.
No sé si el presupuesto nos va a dar para tanto pero ya veremos hasta donde llegamos.Dicho sea de paso, con la cantidad de veces que hemos vuelto a Pillnitz ya hemos amortizado nuestro pase de castillos y palacios, que incluye cerca de cuarenta jardines, palacios y fortalezas.
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