lunes, 22 de agosto de 2016

Las campanas de Plauen

Si hay algo que forma parte del paisaje sonoro de Dresden son, ciertamente, las campanadas, tanto de edificios públicos como de iglesias. Todos los edificios públicos que se precien poseen campanas. Ni que hablar de las iglesias. Y todas suenan, aunque no necesariamente al mismo tiempo ni del mismo modo. Algunas suenan un par de veces a cada hora en punto, otras lo hacen en horarios especiales, por ejemplo, a las 12 del mediodía y a las seis de la tarde (como las del museo de la porcelana), otras también suenan a las y media, o incluso cada quince minutos.

En Plauen -nuestro barrio- hay básicamente dos edificios particularmente sonoros. Uno es la ex Rathaus (casa del Consejo de la Ciudad, o sea, la municipalidad) de Plauen. Una campanada marca cada hora y cuarto, dos cada y media, tres a la menos cuarto y cuatro marca las en punto. Todos los días, y hasta donde sabemos, todas las horas. Tenemos la hipótesis de que a la noche tarde deja de sonar pero nos ha fallado el esmero científico para comprobar la hipótesis… nunca salimos a las tres y media para ver si aún sigue sonando o no. También, afortunadamente, la doble ventana y la construcción … mmm … robusta nos aíslan bastante bien.

Al otro edificio lo tenemos en frente. Es la iglesia de Plauen, tenemos cocina y living comedor con vista directa. Es una suerte porque la iglesia tiene todo un parque a su alrededor y constituye una muy linda vista. Por raro que suene, la iglesia tiene un campanario que, hasta donde sabemos, funciona en forma diferente dependiendo del día. De lunes a viernes, siempre a las siete de la mañana. Pero los sábados, hasta donde nos damos cuenta, escuchamos las campanadas tres veces... La primera es a las siete, la segunda a las ocho y la tercera a las nueve. A modo de broma decimos que son la hora de levantarse, la de prepararse para salir de casa y la de inicio de la misa.

Por alguna de esas razones misteriosas que no terminamos de entender, también son particularmente intensas las campanadas que marcan las doce del mediodía y las seis de la tarde -en días de semana- y siete de la tarde -sábados y domingos-. ¿Qué significan? Bueno, las de las doce parece más lógica, pero la de las siete, aún no tenemos ni idea.
A todo esto, había dicho que las campanadas variaban cada día. Quizás a nadie le extrañe pero los domingos no toca a las siete. Tampoco a las ocho. Lo hace a las 8.30. Y luego a las 9.30. Nunca a las nueve.

Y por raro que parezca, los sábados y los domingos la gente va a misa. Grandes, chicos, en auto, a pie, en bici y hasta en monopatín. Se saludan, hablan un rato y para cuando toca la tercera tanda de campanadas ya están todos adentro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En la Iglesia, en general, las campanas tocan a la mañana temprano, al mediodía y a la tarde, alrededor de las 18 o 19 h para el rezo del Ángeluz (una oración particular que se reza tres veces cada día), o del rosario (depende). También suenan antes de la misa, y un horario de misa frecuente es alrededor de la 18 o 19, o 20 horas. Ésto varía con las estaciones y los días de la semana. A veces suenan para el inicio del rosario y a continuación, la misa. Claro que hay otras ocasiones en que suenan, como casamientos o defunciones. Existen expresiones particulares para referirse a esas campanadas, como tocar a rebato (que es alegre) o tocar a difuntos (habría que ver si recuerdo las expresiones bien), pero antes todos podían distinguir si las campanas de una iglesia sólo estaban dando la hora o indicando otras circunstancias.
Muchas catedrales tienen programas musicales específicos para esos horarios, y no sólo simples repiques. Antes los ejecutaba una persona, pero ahora también hay sistemas automáticos que hacen repicar las campanas a las horas previstas y con las melodías específicas.
(Apenas estoy recurriendo a mi memoria, no busqué nada de esto en internet, seguramente que allí se encuentran explicaciones mucho más detalladas)

Nicolás dijo...

¡Un lujo la explicación! Muchísimas gracias. Habrá que afinar el oído y empezar a prestar más atención a las campanadas.