sábado, 10 de septiembre de 2016

La fortaleza de Salzburgo

Si le hacemos caso a la página de la ciudad de Salzburgo, entonces la fortaleza de HohenSalzburg -léase, el castillo que corona la colina a cuyos pies se encuentra el centro histórico de la ciudad- es una de las mayores fortalezas europeas preservada en su totalidad.
La primera capa de esta cebolla defensiva data del año 1077. Por entonces el arzobispo de turno decidió que no le vendría mal tener un lugar donde guarecerse en caso de que las cosas se pusieran feas. Y su olfato no fallaba. Por la época se disputaba lo que se llamó la querella de las investiduras. ¿Qué lo qué? Básicamente el Emperador Romano Germánico y el Papa peleaban para ver quién nombraba a los obispos que ejercían funciones feudales. Obviamente, cada uno de ellos quería quedarse con este poder y el cargo de arzobispo de Salzburgo era un buen ejemplo de este conflicto. Debía responder al Papa en tanto Obispo pero al Emperador en tanto señor feudal...
De allí en más y comienzos del siglo XVI cada arzobispo (y posteriormente, cada príncipe- obispo) decidió asegurarse el buen sueño agregando muros, torres, armerías y atalayas. Y, claro, alguna que otra mazmorra también.
Hay que reconocer que la previsión no les falló. Hasta las guerras napoleónicas la fortaleza fue considerada inexpugnable y resistió exitosamente, todos lo intentos habidos y por haber de tomarla por la fuerza. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué paisajes! (en todas direcciones)