Bueno,
finalmente, podemos decir que hemos hecho la tarea. Me refiero a la famosa fiesta de bienvenida que, en teoría,
los alemanes ofrecen cuando se mudan a un lugar. Por lo visto no todos lo hacen
pero algunos sí. De hecho, un día después de cruzarnos en la escalera con tres
personas que subían cajas y muebles, apareció una nota en la cartelera del
edificio (¡por supuesto que nuestro edificio tiene cartelera!).
Básicamente
decía hola, somos fulanito y menganita y ayer
hemos terminado de traer nuestras cosas. El sábado celebraremos el fin de
nuestra mudanza y seguramente hagamos un poco más de ruido de lo habitual (y
posiblemente hasta más tarde ¡perdón!). Quienes quieran participar de una cena
bohemia* están invitados.
Información
chequeada. Todo parece indicar que no se trata de una leyenda urbana.
*Nota
al pie, una cena bohemia no implica artistas hablando de literatura a la luz de
las velas con música de fondo y hipsters cenando en el piso sino comida típica
de Bohemia, una de las regiones históricas de la actual república Checa.
2 comentarios:
¡La fiesta de bienvenida no era un mito! ¿Asistieron?
Parece que no son tan comunes como para considerarse descortés no hacerla pero sí lo suficientemente frecuentes como para que no sean algo extraordinario. Y no, no asistimos porque ya teníamos planes.
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