sábado, 11 de marzo de 2017

Las visas, la burocracia y la discrecionalidad. Primera parte

Tramitar una visa para una estadía prolongada en Alemania no es un procedimiento especialmente tortuoso pero tampoco es de lo más simple del mundo. Y por raro que parezca, el margen para la discrecionalidad es bastante más grande de lo esperable.

Pongamos por caso, nosotros. El proceso comienza solicitando por internet turno en la embajada alemana. Sí, hay que ir a Buenos Aires. Creo que hay algún que otro consulado donde se puede tramitar pero ninguno nos queda especialmente cerca. Bueno, es lo normal cuando se vive en la loma del C#$%&! allá lejos y hace tiempo. Se supone que para cuando te dan el turno ya buscaste cuál es el tipo de visa para el que vas a aplicar. En la página web están todos los tipos de visa. Estudio, posgrado, trabajo, búsqueda de trabajo, casamiento, reunión familiar, visa especial para entrenadores de polo (obvio, hay una visa especial para polistas y entrenadores de caballos de polo). Igual, a veces, hay zonas grises. La explicación acerca de qué es una visa de reunión te dice que es una visa para un/a ciudadano/a no alemán/a casado/a con un/a alemán/a. ¿Dónde entro yo? Lo justo es justo, escribís o llamás y enseguida te responden.

Finalmente llega el día y vas con todos los papeles. Si está claro cómo viene la historia, el procedimiento es un trámite sencillo y rápido. Presentás los papeles, los chequean, los sellan y ya. Uno o dos días después tenés tu visa. Si tu caso se sale un poco de parámetros, posiblemente la historia sea otra. Por suerte no fue nuestra situación y pudimos tener nuestra visa en veinticuatro horas. Claro que no es una visa permanente-real. Es provisoria. Te dura tres meses y apenás llegás a Alemania te recomiendan iniciar el trámite definitivo.

En Dresden el trámite definitivo, al menos para nuestro caso, se encara en una oficina que tiene el poco germánico nombre de Dresden Welcome Center. Vas o llamás y ¡sorpresa! te dan una cita. Cuando pedimos la nuestra, obtuvimos cita, días más, días menos, un mes después. Y una cantidad de formularios para rellenar.

Los formularios son formularios en todos lados. Complicados, tortuosos, llenos de instrucciones crípticas y categorías que no te dicen nada. Si son así en Argentina, en Alemania ni te cuento. Algunos vienen en inglés y alemán, otros sólo en alemán. Algunos son bastante intuitivos y otros tienen una redacción que más parece una pregunta tramposa de un examen filtro, tipo si usted no tiene antecedentes penales en su país, entonces no firme aquí.

Nosotros nos las vimos una tarde con los papeles y luego decidimos pedir ayuda. Especialmente porque las categorías de las visas y las opciones de los formularios para obtenerlas no siempre se condicen. Por ejemplo, hay una visa para quienes realizan un posdoctorado en un instituto de investigación, ahora bien, cuando hay que marcar y hacer crucecitas, el formulario pregunta: ¿Cuál es la razón de su estadía? A) trabajo, b) familia, c) estudio de idioma, d) carrera de grado o e) carrera de posgrado (maestría o doctorado). O sea, ninguna de las anteriores. En la oficina del instituto donde está Diego nos dicen sin dudarlo: trabajo no es, porque nosotros no te pagamos un salario sino una beca, pero un posgrado tampoco es. Ok, ¿entonces? Déjenlo en blanco y pregunten en la oficina cuando lleven los papeles. Perfecto.

Cuando el día llegó, fuimos con todos los papeles requeridos… más todos los papeles que podíamos imaginar que alguien nos pudiera pedir. Hasta debemos haber llevado los libros que estábamos leyendo, por las dudas de que nos preguntasen. La persona con la que teníamos cita (la cita es con hora y una persona específica) resultó ser super amable y simpática. De entrada nos preguntó si preferíamos hablar en alemán o inglés. Inglés (suspiro de alivio). Como era de esperarse, nos pidió los documentos que específicamente nos habían pedido y nada más. Nos dijo que no iba a haber problema y nos dio fecha para retirar nuestras visas definitivas (de duración anual) un mes y medio después. Sí, no es muy eficiente que digamos. Un mes o un mes y medio para imprimirte una visa, plastificarte la tarjeta (con la dirección incorrecta) y entregártela pero bueno, así son las cosas, al menos en Dresden. Cuenta la leyenda que en Frankfurt el trámite se hace en el día y la credencial se te entrega una hora más tarde, pero no sé, puede que sean leyendas urbanas que circulan en el mundillo de los inmigrantes. 

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