Debido a la naturaleza de nuestra situación en Alemania,
nuestras visas son anuales y un mes antes de terminar el año de validez nos
envían una cita para volver a renovarlas. Así es como se supone que funciona para el
segundo año. Bueno, el segundo, el tercero, el cuarto, el que fuera. En general,
muchas de las visas de estadía prolongada se renuevan por períodos de un año.
Pero bueno, nosotros tenemos todos los papeles y no hay nada de qué
preocuparse.
Vamos al Dresden Welcome Center y descubrimos que no nos
va a atender la misma persona que lo hizo la última vez. Es un poco una
sorpresa porque había imaginado que habría una asignación de casos y que a cada
solicitante le correspondería siempre el/la mismos/a empleado/a. Parece que no.
Bueno, empezamos. Formularios.
Acá. Papeleta XX. Acá. Papeleta XY. Acá. Herr Strangis, tenemos acá un problema. Abro los ojos y pongo cara
de circunstancia. ¿Qué pasa? Necesito los
documentos de su seguro médico... usted tiene que tener seguro médico durante el
período en el que va a estar acá. Pero acá están los papeles del seguro
médico. Sí, pero son sólo por seis meses.
Sí, porque renovamos el contrato cada seis meses. Pero yo necesito que el contrato diga que usted va a tener seguro
médico por el lapso de un año. Pero la última vez que renové mi visa la
situación era la misma (contrato de seguro médico por seis meses) y no hubo
problemas. A ver… (revisa papeles y
le pregunta a su compañera de oficina) Frau
Mongemüller, ¿hubo algún cambio en los requisitos de seguro médico? Noooo ¿y qué necesita la persona que pide una
visa? Seguro médico. ¿Por seis meses
o por todo período de la visa? Por todo el período de la visa. (A ver,
estoy a tu merced, yo sé que estás disfrutando este momento. Parece que tenés
un poquito de poder de decisión y discrecionalidad. Ahorrame el teatro y decime
que VOS querés que te de el papelito, pero no hagamos el juego de la farsa
porque no va)… Mientras pienso eso, pongo cara de cordero degollado. Pero no se preocupe Herr Strangis. Renueve
su contrato con su seguro médico y listo, después me manda la extensión del
contrato por e-mail.
Herr
Franco, acá tenemos un problema similar con usted también. Es
que yo no tengo contrato de seguro médico. Donde trabajo me hacen tener este
seguro. Sí, pero necesito saber que va a
tenerlo durante el período de su estadía. Claro, por eso tengo esta carta
donde dice que tengo contrato por un año con el Instituto donde estoy y que
mientras tenga contrato tendré este seguro. Sí,
entiendo, pero yo necesito el contrato de su seguro médico. Entiendo, pero
le estoy diciendo que no tengo un contrato con mi seguro médico sino que tengo
un contrato con mi empleador y mi empleador dice que mientras ese contrato
tenga validez tendré este seguro médico. Pero
no es lo mismo. Entiendo, pero ni el instituto donde estoy ni en el seguro pudieron darme otra cosa. Pero yo necesito
su contrato con su seguro médico. Disculpe, pero ni cuando nos dieron las
visas en Buenos Aires ni cuando las renovamos acá el año pasado hubo un
problema con este tema. ¿Ah no? No. A ver, un segundo… (mira a su compañera
de oficina. No, por favor, el teatrito de nuevo no) …
Frau
Mongemüller, disculpe, ¿hubo algún cambio en los requisitos del contrato del
seguro médico para la tramitación de visas?
Nooo… ¿y entonces? La persona tiene
que tener seguro médico por el lapso de un año. (Ahora es oficial. No te banco
ni un poquito. Y como actriz sos pésima)
Perdón, pero no entiendo… La última vez no hubo ningún
problema. No se preocupe Herr Franco, me
lo manda por mail. Pero el problema es que el papel que usted me pide no
existe. Tengo un contrato de beca por un año. Y mientras tenga la beca tengo el
seguro médico xx, no entiendo. El año pasado no hubo problema y presentamos
estos mismos documentos. (Mejor dicho, sí entiendo. Estás gozando a lo loco
este momento de placer en el cual hay dos tipos que dependen -casi- enteramente
de tu buena voluntad. Tenés una cuota de discrecionalidad en tu trabajo y si
Foucault estuviera acá te diría que estás disfrutando con cada minuto en que
ejercés ese poder. Sí, lo sabés. Te encanta estar atrás de tu escritorio nuevo
con dos pantallas planas de computadora y hacerle sentir al que tenés enfrente
que la que está a cargo sos vos. Es tan de cajón que estás disfrutando con esta
situación que tendría que recomendarte ir a un analista. ¿Y sabés qué es lo
peor? Que los tres sabemos que no lo voy a hacer y que voy a seguirte el
jueguito porque quiero la visa y una vez que me la den espero no tener que
verte nunca más).
Bueno, vamos a informar al Instituto para que consigan
algún documento y después se lo enviamos. Sí,
sí, perfecto. A este mail, por favor.
Perfecto. Cuando estén todos los documentos
después tienen que venir a retirar las visas el día XX entre las XY y las XZ.
Perfecto, muchas gracias.
Dos días y dos mails más tarde llegó la carta del
Dresden Welcome Center. Herr Franco y Herr Strangis: sus visas han sido aprobadas, pueden pasar a retirarlas
el día tal… De más está decir que la papeleta que la señora quería jamás existió (y lo más probable es que jamás exista). La duda que nos queda es si realmente ella esperaba que alguien se la enviara o si siempre tuvo claro que jamás iba a recibirla e hizo toda la jugarreta únicamente para exprimirle el jugo al poder que le da su posición al otro lado de un escritorio.
2 comentarios:
Ayayay! El poder de poder mostrar que uno es el importante de la reunión. Si señor, soy el pupo del mundo y no hay papeles suficientes que puedas traer que me permitan dejarte sin notarlo debidamente.
jajaja
Paciencia, supongo. Y nunca querer ser así, ni por error.
Saludos
Espero no llegar a ser así queriendo, sin querer o sin-querer-queriendo...
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