A
pesar de ser una radio principalmente cultural, nuestra emisora de cabecera
comienza desde ya hace unos muses casi todos sus boletines informativos con
algo que dijo (o hizo) Trump. Por momentos parece increíble porque, desde un
poco antes de ganar las elecciones, Trump comenzó a tener en la radio más
presencia que la Merkel.
Es
cierto que este señor impresentable suele ser rico en declaraciones
inconsistentes, escándalos e idioteces mientras que la Merkel es mujer de pocas
palabras, generalmente bastante pensadas y nunca muy estridentes. Pero bueno,
así las cosas no hay mañana que las noticias no comiencen con la última barrabasada
del anaranjado presidente estadounidense. Y no es una peculiaridad de la MDR
Kultur, que es la radio que escuchamos. Es algo generalizado. Parece flotar
cierta obsesión con Trump, sus declaraciones, sus burradas y los peligros que
entrañan. Por momentos me pregunto ¿no
pasa nada acá? o pienso cosas del estilo ¿no estarán usando a este impresentable como cortina de humo? Pero
claro, Trump es más que la caricatura de él mismo que creó. Trump es una
amenaza para los negocios europeos, para el sistema de seguridad del viejo continente y, por
si fuera poco, un espejo donde los populismos de derecha de este lado de Atlántico pueden reflejarse. Cuando -contra todo pronóstico- terminó ganando la elección presidencial, muchos/as tuvieron por estos lares cierto
miedo... Básicamente porque si Trump puede ganar una elección, entonces las derechas europeas también pueden hacer lo propio, llámense Marine Le Penn (en Francia), Geert Wilders (en
Holanda) o AfD –Alternativ für Deutschland- más acá.
Trump
es también una amenaza para los negocios europeos. Luego de su famoso discurso
de asunción en el que, a falta de grandes ideas (parece que es una moda
bastante global) se dedicó a machacar una y otra vez con esto de America first, llegaron los ecos de los
primeros problemas para Alemania. Al mismo tiempo que decidía no importar más
limones de Argentina, se agitó cierto fantasma que asusta a los alemanes. El
(anaranjado) señor se preguntaba por qué los estadounidenses importaban tantos
autos de Alemania pero no le vendían ninguno y señalaba que si esa ecuación no
cambiaba, algo más tendría que hacerlo… Siendo que Alemania gana mucho más
dinero vendiendo Porsches, BMW y Mercedes Benz a Estados Unidos que lo que
Argentina gana vendiendo limones, el tema ganó presencia mediática a la velocidad de la luz.
Hago
un paréntesis. No puedo dejar de reírme acerca de esta idea de America first. Para variar, sigue la
tradición yanqui (que se ha exportado a otros idiomas y culturas con singular
éxito) de que America (sin acento) es
Yanquilandia. Y viceversa. No me
jodan. ¿Nosotros qué somos? ¿otro continente con un nombre diferente? En fin,
pero más allá de eso, me causa gracia esto de que a partir de ahora va a estar America
Estados Unidos primero. ¿Y antes? ¿o hasta ahora hubo algún gobierno
estadounidense que no tuviera intereses que no fueran esencialmente yanquis?
Jugando
con este tema de America Estados
Unidos first, un programa holandés lanzó una campaña. La idea es simple. Ok, ya entendimos que ahora va a estar
Estados Unidos primero, entonces ¿podemos estar segundos?
El
video no tiene desperdicio. Le hablan a Trump como a quien no tiene la más
mínima idea de qué es o dónde está Holanda (lo que por otra
parte debe ser bastante cierto) y le presentan su país sin dejar de reírse ni
del flamante presidente de Estados Unidos ni de ellos mismos. La idea prendió y
pronto otros países se sumaron a la campaña. Alemania, Dinamarca y Suiza fueron
de los primeros y tienen algunos de los videos más interesantes, no exentos de
autocríticas. El de Alemania es especialmente recomendable. Fue realizado por
el programa de Jan Böhmermann, un humorista alemán -del que alguna vez tendré
que hablar con más detalle- y que se ha hecho famoso a fuerza de humor negro, ironía y
más de un escándalo que amenazó con llevarlo a la cárcel.
Después
se sumaron una larga serie de países a la campaña y hasta tienen una página
propia (se llama Every Second Counts, que se puede traducir literalmente como
Cada segundo cuenta). Acá les dejo el de España, otro que es rico en críticas hacia dentro:
Por
supuesto, después de los videos de los países comenzaron a aparecer los de
regiones, provincias, ciudades y hasta territorios ficticios. Mordor le propone
una alianza a Trump y los reinos de Game of Thrones también quieren ser
segundos. Igual, no se asusten porque no les voy a dejar los links para ver ninguno
de estos delirios. El último que les dejo es el de Dresden aunque, lamentablemente, no
tiene subtítulos en español.
2 comentarios:
Genial! Desconocía completamente todo esto. Mi hermana si había oído algo al respecto.
Saludos
Hay de todo y para todos/as. Parece que en América del sur aún no prendió mucho el tema pero lo que es por estos pagos, están todos como locos haciendo videos.
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