En
general buena parte de las grandes ciudades europeas que se vieron
involucradas de un modo u otro en alguna (o ambas) de las guerras
mundiales cuentan monumentos conmemorativos, tumbas del soldado
desconocido, iglesias memoriales ... o algún tipo de
recordatorio de los horrores de la guerra, los crímenes del
nazismo o -eventualmente- homenajes a quienes resitieron.
No es
sorprendente entonces que en Londres, como capital de uno de los
principales estados involucrados en ambas contiendes, también los
haya. Lo que no esperábamos en que fueran tantos y estuvieran
diseminados por toda la ciudad.
Arriba, monumentos de la Gran Guerra, como los contemporáneos llamaron a la primera guerra mundial. Abajo, el homenaje a los pilotos de la real fuerza aérea.
Abajo, parte del bajo relieve del memorial que recuerda los bombardeos que sufrió la población inglesa durante la segunda guerra mundial:
Por último pero no por eso menos importante, el homenaje a los animales caídos en ambas guerras mundiales.
1 comentario:
A orillas del Támesis la cantidad de esos monumentos resulta apabullante. Si tanto duelen las víctimas, ¿porqué no tratar de evitar las guerras?
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