Fines
de noviembre de 2017. El otoño avanza indefectiblemente hacia su fin
y al comienzo del invierno. Como si el frío y los árboles ya sin
hojas no fueran recordatorio suficiente del avance del calendario, el
circo de la navidad contribuye a acrecentar la sensación de que en
breve tendremos nieve y temperaturas bajo cero. Muy a pesar de la
decoración navideña, sin embargo, no tendremos renos (no al menos
de los reales). O bueno, por lo pronto no los hemos tenido en los dos
años que llevamos aquí.
Pronto
el atardecer comenzará alrededor de las tres o tres y media de la
tarde y anochecerá cerca de las cuatro. La temperatura bajará
ostensiblemente y la única forma de forzarse a salir de casa durante
la (larga) noche será animándose con algúna taza de Glühwein.
¿Qué mejor momento entonces que éste para compartir las fotos de
la primavera londinense? Sí, ya sé. Londres no es el Mediterráneo
y abril no es un mes especialmente cálido. Pero, al menos, es una
época del año plagada de colores, tulipanes y narcisos. Algo es
algo.
Abajo, en el jardín (no tan) blanco, dedicado a Diana Spencer, también conocida como Lady D.
También los parques y edificios públicos se ven invadidos por tulipanes, narcisos y jacintos de todas formas y color:
Ni el Palacio de Buckingham se salva:
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