lunes, 16 de mayo de 2016

La Frauenkirche

Así como en español existen las mil y una iglesia, capilla o catedral de Nuestra Señora de más aquí o mas allá, en francés tienen innumerables Notre Dame de esto o aquello. Pues bien, en el mundo germanoparlante existen las Frauenkirche.

En Dresden la iglesia más famosa es, a secas, LA Frauenkirche. No le hace falta ningún apelativo ni nada. Es simplemente la iglesia de la ciudad. La que se ve en las postales, la que sale en las fotos, la que recibe procesiones de turistas.
En un principio se trató de una pequeña iglesia románica que sufrió numerosas ampliaciones y agregados. Hacia mediados del siglo XVI se transformó en la principal iglesia luterana de la ciudad. Parece que hacia 1700 la iglesia no estaba pasando por su mejor momento y cuentan los cronistas de la época que no resultaba apropiada para las necesidades de los fieles. En aquel momento Dresden estaba pasando por uno de sus mejores momentos; la explotación de las minas de Freiberg marchaba (literal y figurativamente) sobre ruedas, Sajonia estaba en pleno proceso de expansión, la corona mantenía el monopolio de la producción de la porcelana en Europa y, por si fuera poco, el príncipe-elector de Sajonia había sido elegido rey de Polonia. En ese contexto de bonanza no fue difícil recaudar el dinero para la construcción de una nueva iglesia.

La “nueva” Fruenkirche se construyó entre 1726 y 1743, siendo no sólo una de las mayores iglesias luteranas de Europa sino también uno de los edificios de piedra arenisca más altos del mundo. Por si fuera poco, además tenía -y aún tiene- la mayor cúpula de piedra al norte de los Alpes. Es obvio por qué no tardó en convertirse en un símbolo de la ciudad.

Durante la segunda guerra mundial fue destruida en su casi totalidad y la República Democrática Alemana (también conocida como la Alemania Oriental) decidió dejar las ruinas tal y como estaban para lidiar antes con necesidades más urgentes. Por supuesto, en un principio tampoco supieron con claridad qué iba a pasar con la suerte de la iglesia, o mejor dicho, con lo que quedaba de ella. Como en (casi) todo, hubo idas y vueltas de proyectos, ideas y planes. Sin embargo, a medida que los años iban pasando, el gobierno socialista no parecía incluir en sus planes de limpieza y reordenamiento a la montaña de escombros de la Frauenkirche.
En algún momento comenzaron a inventariar las piedras y restos. Almacenaron y clasificaron cerca de 850 cascotes. Luego la tarea fue abandonada. Después de semejante brote de germanidad parece que mostraron la hilacha… y usaron algunos de los escombros (se cree que casi dos tercios)  para rellenar una parte de la costa del Elba.
En los sesenta hubo un intento de limpiar la zona y hacer un parque, pero el presupuesto se acabó antes de terminar la tarea y parece que a la población de Dresden tampoco le gustó mucho la idea. Así que resolvieron hacer lo que se hace en estos casos de controversia: nada. Dejaron los escombros en pleno centro de la ciudad y se inventó como excusa decidió que fueran conservados como un monumento contra la guerra, más o menos en la misma línea que otras iglesias tanto de Alemania como de Europa en general.

Entre finales de los setenta y principios de los ochenta el gobierno socialista encaró la reconstrucción de algunos edificios simbólicos que habían quedado en pie pero bastante arruinados por la guerra. La lista estaba encabezada por la SemperOper, que es la ópera de Dresden, otro de los emblemas de la ciudad. Seguían el Residenzschloss y había planes para que la tercera obra fuera la Frauenkirche. Sin embargo no fue hasta la reunificación cuando el proyecto se sacudió el polvo.

En 1994 comenzaron la reconstrucción de la iglesia y en 2004 la Frauenkirche fue reinaugurada. El proceso de reconstrucción incluyó el uso de algunas de las piedras originales, que son las que se ven en las fotos con un color más oscuro. Me hace sentir como un dinosaurio pero en mi época, cuando estuve en Dresde por primera vez, las obras de reconstrucción estaban más cerca de su comienzo que de su final. La silueta del edificio era apenas imaginable y todo a su alrededor había estantes con piezas ordenadas y catalogadas.
Con esta será la segunda vez que lo diga … como en todo, el proceso de reconstrucción no estuvo exento de polémicas. Por un lado estaban quienes defendían la idea del monumento conmemorativo. Por otro, los historiadores y especialistas en arquitectura que señalaban que los constructores usaban restos de piezas sin criterio real, poniéndolos en cualquier lugar, además de estar construyendo con técnicas y materiales modernos. Sin embargo la obra siguió adelante y, sorpresivamente (al menos para mí), hasta se dieron el lujo de terminarla unos meses antes de lo previsto. 

2 comentarios:

La dijo...

Impresionante la foto de las ovejas

Nicolás dijo...

Totalmente. Y es que una cosa es tener una montaña de escombros en pleno centro de la ciudad y otra es tener una montaña de escombros con un prado y un rebaño ovejas en pleno centro.